Durante la campaña electoral, el ahora virtual presidente hizo una serie de declaraciones sobre lo que haría en caso de ser electo, generando grandes expectativas en amplios sectores de la sociedad, principalmente en los estratos más bajos y los segmentos medios de la población; ahora deberá cumplirlas o será evidente que solo fueron parte de una estrategia electoral para allegarse de votos y que estas son tan solo falsas promesas o fake promises.

Primera fake promise: #ElGasolinazo. El 4 de julio se dieron las primeras declaraciones por parte del futuro secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, donde dio a conocer que no habrá cambios en lo relativo a la política de incremento en el precio de las gasolinas, manteniéndose como hasta ahora; es decir, el precio seguirá incrementándose. Urzúa Macías explicó que en términos reales no habrá tal, pero olvida que lo que se le prometió a los ciudadanos fue bajar el precio.

Segunda fake promise: La Reforma Energética. López Obrador, en marzo de este año, declaró que de ganar las elecciones sometería a referéndum la reforma energética y se realizarían los cambios necesarios, señalando que esta había sido impuesta por el presidente Peña Nieto y no había tenido los efectos positivos prometidos. El pasado 6 de julio, Alfonso Romo, jefe del equipo de transición del virtual presidente, ofreció una entrevista en la que afirmó que en lo concerniente a la reforma energética no habría ni cambios ni contrarreformas, dejando claro que no es una prioridad del futuro gobierno la cancelación de esta. Por ello, la expectativa de millones de ciudadanos que al votar por López Obrador confiaron en que se les consultaría a través de un referéndum quedará en el olvido.

Tercera fake promise: #FiscalCarnal. En enero de este año, López Obrador, al ser ratificado por su partido como candidato a la presidencia, señaló que de ser electo no habría lugar para el nepotismo, amiguismo e influyentismo bajo su mandato. Una de las demandas impulsadas en los últimos años por la sociedad civil tiene que ver con el nombramiento de un fiscal autónomo e independiente, por ello las organizaciones sociales, los ciudadanos y los partidos agrupados en la coalición Por México al Frente confluyeron en la necesidad de llevar a cabo una reforma constitucional al Artículo 102 que posibilite la plena autonomía, eficacia e independencia de la Fiscalía General de la República, en la cual el nuevo fiscal cuente con un perfil ciudadano y sea designado de forma transparente, sin influencia del Poder Ejecutivo, y que permita el fortalecimiento, armonización e institucionalización del recién creado Sistema Nacional Anticorrupción (SNA). Todo ello viene a cuenta porque el pasado 6 de julio López Obrador descartó cualquier reforma al Artículo 102 constitucional, ya que el virtual presidente está pensando que, como en el viejo régimen, sea él quien decida al que ocupará la posición de Fiscal General de la República; para ello repetirá la fórmula de presentar al Senado una terna de sus incondicionales, en los que se encuentran Eva Verónica De Gyves Zárate, Juan Luis González Alcántara Carrancá y Bernardo Bátiz Vázquez, ignorando la demanda de la sociedad y debilitando de origen al SNA. Incongruente ante sus palabras, “el nepotismo, el amiguismo y el influyentismo” al que se comprometió combatir queda en una más de sus fake promises; en los hechos esto significa tener a un empleado que acate sus órdenes sin cuestionar, que investigue, persiga y sancione a quien él le indique, igual que bajo los gobiernos del viejo Partido de Estado.

Secretario General del PRD

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