Existe todo un subgénero de películas sobre personajes que con voluntad envidiable superan enfermedades o por el contrario, asumen su fatal destino con una filosofía de vida increíblemente profunda que incluso resulta chocante para aquellos de nosotros, el público, cuyo mayor malestar sea una vil gripe. Se trata de vidas ejemplares que parecieran elevarse con la enfermedad encontrando una nueva razón de ser y una nueva filosofía de sobrevivencia que usualmente ronda el clásico “aprovecha el día”.

En Aún Más Bella (De Plus Belle), la debutante Anne-Gaëlle Daval se aleja de aquel chocante cliché y plantea a una pregunta interesante: ¿Qué pasa cuando le ganas la batalla al cáncer?, ¿qué pasa con el ánimo de alguien (en este caso una mujer) que ha perdido el cabello, que está cansada de tanta quimio y que básicamente está enojada con la vida?

Se trata pues del caso opuesto de la mayoría de cintas de este subgénero de “enfermos ejemplares”. Aquí el triunfo contra la enfermedad no involucró un cambio filosófico ni un hambre por vivir más, al contrario, el tedio se apodera del personaje ante el vacío existencial que le provoca seguir con vida.

Lucie (Florence Foresti) es una mujer de 40 años que acaba de ganarle la batalla al cáncer. Su hermana intenta que salga a divertirse, invitándole a un antro para que se ligue a alguien, pero Lucie está un poco fastidiada con su vida y con el mundo. Es hasta que conoce a Dalila (Nicole García), una extravagante profesora de baile, que comenzará a ver su existencia con otros ojos. Entre otras cosas, Dalila hará que Lucie se enfrente a la desnudez de su cuerpo en un ejercicio que podría sonar cursi pero termina siendo definitorio. La reconciliación consigo mismo pasa antes por aceptar al cuerpo castigado por la enfermedad.

Opera prima de la antes diseñadora de vestuario y hoy directora, Anne-Gaëlle Daval, Aún más bella es una comedia ligera pero inteligente sobre un tema que usualmente es tratado con lujo de lágrimas y sufrimiento. Si bien la directora no puede eludir cierta cantidad de clichés en la personalidad de sus personajes secundarios, también es cierto que se esmera en la construcción de su personaje principal, una mujer que no es precisamente feliz luego de derrotar la enfermedad y que incluso encuentra más argumentos para estar deprimida en esta nueva condición de sobreviviente.

Se trata de una cinta sumamente femenina donde el gran tema es el proceso de volver a quererse y aceptarse tal cual uno es: gordo, flaco, alto, chaparro. E incluso un poco más allá, cuando Dalila intenta despertar de nuevo la sensualidad/sexualidad apagada de Lucie quien intentará dejarse seducir por un galán de antro que a la larga parece ser algo mucho más interesante que un simple ligue de una noche.

Con muchos instantes de humor, Aún Más Bella resulta en una interesante pieza sobre mujeres que se perdonan, que se vuelven a querer, que no se dejan morir por la enfermedad pero tampoco por la tristeza. Una lucha interna entre el eros y el tánatos donde el primero no se deja vencer.

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