La democracia es el destino de la humanidad; la libertad su brazo indestructible. —Benito Juárez García

La democracia está en riesgo. Este pronunciamiento no tiene fines alarmistas que carecen de fundamento, pues lamentablemente nos encontramos en una coyuntura compleja en la que los pilares del sistema democrático nacional se encuentran bajo amenaza.

De hecho, se trata de una tendencia preocupante con alcance mundial, ya que, en la edición del pasado miércoles de EL UNIVERSAL, la consejera electoral del INE, Carla Humphrey, daba cuenta del estudio “El estado global de la democracia en 2022” del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral, en el cual se dio a conocer que entre 2016 y 2021 el número de países que transitan hacia el autoritarismo es más del doble que el de aquellos que avanzan hacia la democracia.

Esto nos dice que en el panorama internacional se reproduce como un nocivo virus la ideología de cooptar y centralizar el poder, en detrimento de lo que décadas ha costado a la ciudadanía construir a través de instrumentos e instituciones que contengan y mitiguen las arbitrariedades que pretendan orquestarse.

Además, detalla el estudio que México tiene indicadores que presuponen un proceso de contracción democrática, basado en el ataque a las instituciones (tanto electorales como administrativas y jurisdiccionales), a los medios de comunicación, así como a los poderes diferentes el Ejecutivo; es decir, a toda entidad o persona que no comulgue con el pensar emanado de Palacio Nacional.

Al respecto, uno de los golpes más letales que se ha instrumentado en contra de nuestra democracia es la intentona a toda costa de cambiar las reglas del juego en materia electoral, a pesar de que la consolidación de órganos electorales autónomos, imparciales y profesionales haya sido una conquista de todos, que han permitido elecciones justas, limpias, libres, periódicas, auténticas y transparentes. Incluso, fue el terreno que sustentó las transiciones de años recientes, incluyendo la llegada de Morena a la Presidencia de la República.

Sin embargo, el Poder Legislativo Federal, a pesar de la resistencia ejercida por la oposición, avaló esta semana una reforma que es a todas luces un intempestivo conglomerado de violaciones a la Constitución Federal, partiendo al mismo tiempo de un proceso legislativo viciado.

Ni plan A, ni plan B, ni C ni D, nuestra democracia no está para experimentar peligrosos vestigios que quedaron enterrados en el pasado. Lo que se requiere hoy más que nunca es frenar la intervención gubernamental, usando como escudo protector la unidad nacional en torno al apoyo incondicional a las instituciones.

De igual forma es de suma importancia construir confianza de la ciudadanía en las instituciones como una tarea imprescindible a la que debemos virar y trabajar.

Sin duda alguna, preservar la democracia se ha convertido en una tarea indispensable para las y los mexicanos. Por ello, el próximo domingo 26 de febrero saldremos a las calles para manifestar que el INE y el voto libre no se toca, porque nuestra libertad y el futuro de nuestras hijas e hijos, depende de ello. Y estamos seguros de que el combustible que mueve y moverá a la ciudadanía en la marcha será su propia voluntad y creencia por la democracia.

No dejaremos de luchar por lo que creemos justo, no nos callaremos por las violaciones a nuestra Constitución y no le daremos la espalda a la ciudadanía.

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Senador de la República.
@manuelanorve