Más de 60% del acero utilizado para el reforzamiento de la procedió del extinto proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco y fue donado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) al Gobierno de la Ciudad de México.

De no haber contado con dicho material, la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) estima que habría un retraso de un año o más tiempo en la fabricación de las 33 mil piezas que son colocadas para fortalecer la estructura elevada.

De acuerdo con información que otorgó la dependencia capitalina a EL UNIVERSAL, Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México entregó al gobierno local en 2021 un total de 13 mil 54 toneladas de acero procedente de la extinta obra que impulsó el sexenio de Enrique Peña Nieto y que fue cancelada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

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Vía transparencia, la Sobse expuso que las más de 13 mil toneladas de acero se han utilizado entre las estaciones Zapotitlán-Lomas Estrella de la Línea 12 del Metro.

“El acero donado por Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México al Gobierno de la Ciudad de México en 2021 se destinó a la rehabilitación del tramo elevado metálico entre las estaciones Zapotitlán-Lomas Estrella de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro”, puntualizó.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el titular de Obras y Servicios, Jesús Esteva Medina, indicó que la donación otorgada por Sedena “está en el tramo elevado” y aún está siendo cuantificada por grupo Carso sobre los números exactos que se utilizaron para las piezas elaboradas.

Aunque sin esta aportación, aseveró, los tiempos de entrega de la obra hubieran sido de uno o dos años: “Tal vez ahorita estaríamos a 30% de la fabricación de las piezas, de no haber tenido la donación hubiéramos tenido que desfasar casi un año o más los tiempos para comenzar las fabricación”, opinó.

“Creo que en dos semanas tendremos los números finales para tener las cifras de cuánto se ocupa del total de acero que se donó y cuanto adquirió Carso adicionalmente. Supongo que debemos de estar 60%, 40%, por ahí puede ser que vayan a cerrar las cifras. Como 60% o 70% lo que arrojan las cifras finales”, precisó.

Este diario publicó el jueves pasado que, a casi a dos años de la caída de la trabe entre las estaciones San Lorenzo Tezonco y Olivos, que ocasionó la caída de vagones y la muerte de 26 personas, la Sobse ya terminó de producir las 33 mil piezas de acero para el reforzamiento, además de finalizar la reconstrucción de la zona cero que colapsó, y el tramo gemelo (que pasaron de tener dos a tres trabes, además de puntales en medio), y 50 claros (puntos de trabajo) que ya fueron atendidos. Además de que 90 de éstos ya están abiertos de manera simultánea.

Esteva Medina explicó que por la pandemia se detuvo la producción de acero a nivel internacional, situación que padecieron no sólo para recabar el material para la Línea Dorada, sino también para la construcción del Trolebús Elevado en Iztapalapa que entró en operación el año pasado.

“No teníamos material. Se podía haber tenido las abrazaderas [acero que se colocó alrededor de las columnas para reforzarse], pero si no tengo los puntales [piezas que colocaron en medio de trabes o en forma de V para reforzar la obra], de nada me sirve, tendría todo picoteado y ahorita todo tiene una secuencia y ya está todo fabricado, que no es cosa menor”, acotó.

Agregó que además de las 13 mil toneladas que se recibieron del NAIM Texcoco, Grupo Carso del empresario Carlos Slim también otorgó a la obra entre 3 mil y 4 mil toneladas de acero adicionales para la fabricación de las piezas requeridas.

El acero fue trasladado a las plantas que grupo Carso tiene en Tuxpan, Guadalajara, Estado de México y Pachuca, y ahí se procedió a la fabricación de las más de 33 mil piezas que se colocarán en su totalidad debajo del trabes y en medio para incrementar su resistencia.

“Hay que recordar que el tiempo que se lleva el Comité Técnico Asesor [grupo de expertos] en el desarrollo el proyecto, pues pasa a que nos agarre la pandemia y hay una escasez de acero a nivel internacional, entonces, el acuerdo es buscar y ver de dónde podríamos tener algún suministro y ahí se da la opción de utilizar el que iba a ser para el aeropuerto y que la Secretaría de la Defensa Nacional dona a la Ciudad para para el reforzamiento”, detalló.

Esteva Medina aseguró que antes de mover el acero de las instalaciones del NAIM se efectuaron las pruebas pertinentes para garantizar su uso.

Este material no había sido utilizado para el proyecto aeroportuario, sino que estaba ubicado en bodegas.

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