El bailarín y coreógrafo José Antonio Torres Hernández, mejor conocido como uno de los más destacados del país, ha denunciado que, debido a las trabas burocráticas, no ha podido cobrar su pensión desde el mes de febrero.

A raíz de que al también ganador de los premios nacionales de danza de la Unión Nacional de Críticos de Teatro y Música de México y el del INBA-UAM, se le amputó la pierna derecha en meses recientes, el Sindicato Nacional de Trabajadores Académicos e Investigadores (SNTAI) promovió su pensión por invalidez; trámite que se hizo desde septiembre del año pasado.

"Hubo errores que cometieron en el hospital regional Adolfo López Mateos de la Ciudad de México. Para empezar, pusieron una firma mal, como si fuera la primera vez que firmaban un dictamen y además la colocaron sobre el Escudo Nacional. Por supuesto que el documento no procedió", contó Torres, en entrevista.

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El problema continuó, es que, cada que sucede un error de esta naturaleza, los documentos se regresan y el procedimiento tarda alrededor de dos meses (lapso en el que se hacen juntas, y se analiza otra vez la información para dictamen).

Pasado este tiempo, Torres fue convocado para decirle que, aunque el papeleo estaba en proceso, el doctor que le hizo el último estudio también había cometido un error: "Se volvió a regresar y pasaron otros dos meses más", contó.


Durante su carrera fue acreedor a varios premios nacionales como el de la Unión Nacional de Críticos de Teatro y Música de México y el del INBA-UAM. Foto: Cortesía Tonio Torres
Durante su carrera fue acreedor a varios premios nacionales como el de la Unión Nacional de Críticos de Teatro y Música de México y el del INBA-UAM. Foto: Cortesía Tonio Torres

Las dificultades desembocaron en que las autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) le confirmaron que tuvo que ser dado de baja también por parte de la institución porque el periodo para la dictaminación había sido excedido. El Sindicato, explicó el bailarín, había metido sus papeles en tiempo y forma, pero de todos modos tuvieron que darlo de baja. "Si me dan de baja el dictamen, que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) le exigía, no iba a proceder porque no estoy vigente". El Sindicato intervino y a Torres se le dio un comprobante de que el dictamen está en trámite.

Ante las dificultades para reactivar su plaza, el bailarín buscó a Margarita Villagomez, titular de personal. Pero no obtuvo, cuenta, ninguna respuesta. Una cosa influía a  la otra: al no estar vigente ante el INBAL, el dictamen no puede salir, por lo que decidió mandarle una carta directamente al presidente Andrés Manuel López Obrador a través de las oficinas de Atención Ciudadana."De inmediato me mandaron llamar para reactivar la plaza. Con la plaza reactivada, ya tengo la posibilidad de nuevamente aparecer como empleado del INBAL y cotizar; en especial por el  seguro de vida que, si no cotizo, tampoco puedo retirar para costear la prótesis".

La promesa es que Torres volverá a cobrar el último día de mayo. Sin embargo, después de tantas trabas burocráticas el bailarín sólo exige la certeza de que volverá a cobrar y aparece como empleado del INBAL. El abogado del Instituto le dijo que estas facilidades las tendrá sólo hasta agosto, mes en que, se supone, debe recibir el dictamen. La baja, por cierto, fue notificada de forma verbal y no por escrito.

Además, sin la baja él Torres pierde el acceso al medicamento controlado que requiere para ciertas afecciones cardiacas. "Al estar dado de baja y no cotizar como trabajador del ISSSTE no puedo tener acceso a los medicamentos. Me están afectando gravemente. Ellos saben que yo requiero esos medicamentos. Fue una arbitrariedad que me dieran de baja sin avisarme, a pesar de que mandé los documentos y evidencias que solicitaron. También mandé una carta a Derechos Humanos. Si algo me llega a pasar, en el marco de mi salud, hago responsable a Margarita Villagomez. Esto es una especie de demanda por daños y perjuicios".

Torres también contó que Isabel Beteta, fundadora y directora del centro Cultural “Los Talleres” le ha preparado una coreografía para el momento en que él disponga de las prótesis; pieza que seguramente abrirá nuevos caminos. El bailarín aclaró que él nunca eligió su retiro, pero tuvo que hacerlo debido a la amputación, y abundó que la comunidad artística lo ha apoyado bastante y, de cobrar el seguro de vida, podrá pagar uno de los componentes de la prótesis.

La exigencia del bailarín no se debe sólo al acceso a la prótesis y a medicamentos, sino al día a día en el que hay que comer y pagar renta.

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