El frente opositor no logra levantar la campaña de Xóchitl Gálvez. La desesperación y el absurdo han llegado al punto de generar una extraña narrativa entre los partidos que conforman el frente y la misma candidata. Primero, Xóchitl ha intentado desvincularse de los dirigentes de su partido, como Alito Moreno y Jesús Zambrano, a pesar de que el vínculo es evidente e innegable. Esto se debe a que estos perfiles están claramente relacionados con la corrupción, un estigma que Gálvez quiere evitar a toda costa para no perder más credibilidad ante el electorado.

En un intento por captar más votantes, la candidata se ha presentado como una figura de izquierda, cuando sus partidos políticos son claramente de derecha. Esta incoherencia evidencia la poca conexión que Xóchitl Gálvez tiene con la ideología de dichos partidos y la falta de conexión con el voto duro de oposición. Además, su discurso ha intentado atraer a sectores progresistas, lo que ha causado confusión y descontento entre sus propios seguidores, quienes no ven en ella una representación genuina de sus intereses y valores.

La situación es tan lamentable que el lema de muchos opositores es: "Xóchitl no representa lo que quiero, pero al menos es lo que no quiero". Esta frase refleja lo poco atractivo que es el perfil de la candidata del PRIAN para su base electoral. Incluso, en redes sociales y debates públicos, se ha visto cómo Gálvez intenta desmarcarse de las decisiones impopulares de sus partidos, lo que solo incrementa la percepción de incoherencia y oportunismo en su campaña.

Por si fuera poco, el espectáculo que ofrecen los dirigentes de estos partidos no se queda atrás. Por un lado, Alito Moreno ha dejado de ceder el tiempo en televisión que le corresponde por ley a la candidata para aparecer él mismo, a pesar de no competir por ningún cargo de elección popular. Además, se ha enfrascado en una polémica con Maynez, sugiriendo que este debería declinar en favor de Xóchitl. Sin embargo, cuando el candidato de MC dijo que lo haría si Alito renunciaba a su posición plurinominal, Moreno no respondió, quedando en ridículo. Esto mostró que su deseo de mantener el fuero fue más fuerte que su compromiso con la campaña de su candidata.

Por otro lado, la falta de coordinación y estrategia entre los partidos del frente opositor ha sido evidente. Las declaraciones contradictorias y los desacuerdos públicos han debilitado aún más la imagen de unidad que intentan proyectar. En algunos casos, se han filtrado audios y documentos que revelan tensiones internas y luchas de poder, lo que ha sido aprovechado por sus adversarios para desacreditarlos.

La campaña de Xóchitl Gálvez está marcada por la contradicción, la falta de coherencia ideológica y el espectáculo bochornoso de sus dirigentes, lo que ha debilitado considerablemente sus posibilidades de éxito. La falta de una visión clara y la incapacidad de presentarse como una alternativa viable y coherente frente al gobierno actual han mermado la confianza de los votantes en su capacidad para liderar el país. Sin duda Claudia es la mejor opción.

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