Nadie logra distinguir si recibió la orden de parte del presidente López Obrador, si lo hizo por iniciativa propia o por una fascinación a querer estar enterado, pero el general Audomaro Martínez, director del Centro Nacional de Inteligencia antes CISEN, investigó a los integrantes de “El Clan” y a varios miembros del gabinete involucrados en esa red de corrupción.

Audomaro, uno de los hombres con mayor con acceso a información delicada en el país, ha sido un incondicional de Andrés Manuel López Obrador. Fue jefe de logística en sus campañas presidenciales de 2006 y 2012. También originario de Tabasco, conoce desde niños a casi todos los involucrados, sabe las debilidades del círculo íntimo de la familia.

Como parte de su labor de inteligencia, Audomaro siguió movimientos de los hijos del Presidente y de sus amigos. Con quién se reunían, con quién hablaban, a qué oficina entraban, a qué yate se subían, qué hacían ahí. Eso confirma las otras versiones presentadas en este espacio. ¿Por qué tuvo este atrevimiento? Nadie lo sabe, pero hay informes. ¿Los entregó? Nadie lo sabe. ¿A quién? Nadie lo sabe.

A los pocos meses de que comenzó el sexenio, todos los integrantes del gabinete federal se fueron enterando de los negocios de los hijos del Presidente y de sus prestanombres. Si Amílcar Olán Aparicio llegaba a una oficina no se preguntaba quién lo había enviado. Estaba claro quién lo orquestaba y hasta qué nivel llegaba. Cuando los reportajes de Latinus comenzaron a ver la luz, no hubo sorpresa. Sabían que sería cuestión de tiempo.

Ahora lo que hay es pánico al General, qué puede tener y sobre qué personajes. En los mundos de fantasía de distintas cabezas morenistas hay quienes incluso consideran que los contenidos se están guardado para después de la elección y comenzar a hacer los ajustes de cuentas. Muchos tienen la esperanza de repetir en el equipo de Claudia Sheinbaum si es que llega a ganar la elección. En esa lista figuran nombres como Zoé Robledo en el IMSS, Rosa Icela Rodríguez en Seguridad o Rogelio Ramírez de la O en Hacienda, como lo declaró la propia candidata esta semana. Las angustias de varios funcionarios están a flor de piel porque no amarrar un puesto significa perder el manto de protección y más si alguna vez recibieron a cualquier integrante de “El Clan” en sus oficinas.

Uno de los principales protagonistas de esta historia, Amílcar Olán, está atrincherado en su tierra, Villahermosa. Buscó la protección del candidato a la gubernatura Javier May. Según los relatos, han asistido a un par de reuniones con empresarios de la zona, a puerta cerrada y sin celulares. Cree que a su lado y sin hacer ruido no pasará nada, pero la Fiscalía General de la República ya mandó llamar a empresas que supuestamente tuvieron vínculos con él y con oficinas de gobierno.

Stent: Fuera de las cámaras, el Presidente usa una vajilla especial cuando tiene comidas con militares. La trasladan en dos cajas de madera. Los platos son blancos, en la parte alta tienen tres líneas horizontales onduladas con el color de la bandera y sobre ellas, el Escudo Nacional en dorado. Muy fifí.

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