El joven analista Ricardo Armengol dijo ante el espejo:

—La Democracia

Mierda, su voz de pito no le ayudaba a alcanzar la enjundia.

Carraspeó para limpiarse la garganta. Se colocó una mano en el pecho. Enunció más grave, sintiendo la vibración de su pecho, como le había enseñado su asesor de oratoria:

—Lo Democracio…

Mejor.

—Convierte cada vocal en una o —le había recetado el consultor de voz—, así sonarás más viril.

Esa noche en el foro de TV habló de salvar a la Democracia y sus instituciones de la horda de zurdos que querían reformar al Poder Judicial y al Instituto Electoral.

—¡Háganme el favor! —se le escapó ante el ojo de la cámara con voz de pito.

Carajo, se dijo para sí mismo. De verdad su voz no le daba para la enjundia.

Diez meses más tarde pidió ser el orador en el mitin para defender a la Democracia y sus instituciones, pero le dijeron que no.

—Es mi voz plañidera —pensó, y lo pensó con voz llorona.

Fue al gimnasio del Country Club. Engrosó su musculatura. Se aficionó a montar caballo en el Club Hípico. Se engrosaron sus cojones. Tomó testosterona en gel, que se untaba en el bajo vientre cada mañana luego de la ducha. Se empezó a dejar crecer un bigotito.

Nuestra Domocracia —dijo ante la cámara— está en peligro por los putos zurdos.

Lo amonestaron por lépero.

Carajo, pero debía alcanzar la enjundia. Para entonces la televisora ya había insertado en la mesa de debate a una puta zurda, una vieja de 40 años, dizque para que fuera un debate más democrático —y la puta zurda hablaba mucho y —lo insufrible—: con una voz grave y segura.

Cuando su bando perdió las elecciones, Riky, desconsolado, fue a correr millas y millas. Corrió en la caminadora del gimnasio del Country hasta llorar de cansancio.

Fue entonces, sudado y lagrimoso, que recibió en su celular el mensaje de El Pueblo.

“Tomamos mañana las instituciones, para salvarlas de la tiranía.”

“El Pueblo” era el antifaz de su grupo de amigos neoliberales —y la palabra “tiranía” era el antifaz de la expresión “zurdos de mierda”.

“¿Dónde y cómo?”, tecleó Riky.

La respuesta inmediata:

“El Congreso. Evitar pongan banda presidencial a la puta zurda. Llevar guantes negros y pistola.”

¡Pistola! ¿Dónde diablos encontraría un arma?

Se metió la pistola en la ropa interior, colocada a un lado del miembro. Una escuadra negra y helada. Se enguantó los guantes de estambre negro de su mamá. No tenía otros. Y se miró a los ojos en el espejo.

—Domocrocio —dijo con la voz grave de todo un matón.

Reconoció la camioneta Mercedes negra de sus cómplices. La puerta se descorrió y bajaron 8 tipos fornidos: los conocía del Country Club.

Caminaron con las armas debajo del pantalón, como si los 9 tuvieran una erección monumental.

Y en el camino a las puertas del Congreso se les unieron otros cien encapuchados vestidos de negro. Muy fornidos ellos. Extrañamente con botas militares. Pronto eran doscientos. O más. Una multitud furiosa y de zancadas decididas.

Lo demás es Historia.

Al momento en que en la tarima principal del Congreso le terciaban a la zurda la banda presidencial en el pecho, la multitud enmascarada dio el golpe de Estado.

—¡Domocrocio! —bramaron al trepar a la tarima.

—¡Salvemos a nuestra Domocrocio de la puta plebe! —gruñeron.

—¡Somos ol Popolo! —levantó los brazos Riky bramando y se le disparó la bala que cortó la cadena del enorme candelabro de 25 brazos que le fue a caer encima, a él y a otros 20 golpistas.

Ha sido muy triste su estancia en la cárcel de menores. Lo mandaron a la penitenciaría de niños porque su voz convenció a los policías de que no era todavía un adulto, aunque juraba tener 40 años.

Ahí sufre hoy en día Riky, con la barba crecida hasta el pecho, pasando las mejores horas en la sala de lectura, donde los otros presos leen Momo, El Mago de Oz o Mi abuelita la gánster, y él relee Camino de servidumbre o Contra la tiranía, directamente en inglés.

A veces, cuando un niño enciende la TV, huye. Podría aparecer en la pantalla la puta presidenta zurda.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.