En Sesión Extraordinaria Urgente, el Consejo General del INE presentó la “sumatoria y validez de los resultados de la primera elección de cargos del Poder Judicial” y entregó Constancias y Constancios de Mayoría y de Mayorío a quienes integrarán la nueva Suprema y Supremo Corte de Justicia y Justicio de la Nación y la Naciona.

Cierra así la pasmosa casualidad de que tales ministros y ministras que eligió el Pueblo jurisprudente fuesen los mismos que figuraban en el acordeón que dictó el partido MoReNa en el poder. Es obvio que algún ignoto Supremo, cuya potencia intelectual y espiritual se habla de tú con Dios, analizó las miles de solicitudes, sintió el llamado de los postulantes, abrevió la médula de sus atributos en sus rostros y trayectorias, y en sesión extraordinara y urgente consigo mismo la plasmó en las teclas del acordeón, lo echó a sonar por la Patria y al día siguiente, ¡presto!, 10 millones de compatriotas les entregaron su voto minucioso sin equivocarse ni una vez siquiera. Fue maravilloso, así, apercibir la perfecta sincronización volitiva y emotiva que hubo entre el Pueblo y los elegidos y elegidas para supremacortejarlos.

Más allá de sus méritos jurídicos, un aviso del veraz Sistema Público de Radiodifusión Mexicano, me obliga a reparar en los nombres de los jueces y juezas extraordinarios y urgentes; un caleidoscopio de apelativos que refleja la pluralidad de la ancha Patria.

La “Ministra del PuebloLenia se llama así porque, por interpósita bebé, sus padres quisieron honrar al gran Lenin, fundador del Partido Comunista Ruso. La urgente ministra extraordinaria Yasmín le agrega un floral ingrediente al ramo y, aunque con Y griega, lo aroma de sonoridad a la argentina. La ministra Sara Herrerías aporta ecos de la gran matriarca esposa de Abraham, nombre sincero que a López Velarde le sonaba a “uva en sazón” (linda imagen). Luego hay una Loretta, pero con doble TT, para dobletear la elegancia, que evoca a la dulce Loretta Martin, esa ambigua a quien los Beatles le urgían regresar al lugar del que nunca debería haber salido. ¡Y vaya, por fin aparece una María, el nombre más hermoso de todos!

Los nombres de los urgentes y extraordinarios varones no son menos curiosos. Su presidente se llama Hugo, quien según el citado Sistema Público de Radiodifusión Mexicano, es “conocido por su enfoque en la justicia social” y que “se alínea con la realidad de las personas”, lo que no deja de ser un alivio. A pesar de ser un “abogado de origen mixteco”, que porte un nombre de origen alemán que significa “entendimiento”, subraya su disposición al diálogo.

Y luego llega un juez llamado Irving, que me cae bien porque no remite a la mixteca sino a la brumosa Escocia, donde hay un río Irving, al parecer es muy fresco, y me recuerda a Irving Berlin. Pero el lema de Irving no es “cachete con cachete” (según el mismo Sistema Villamil Radiomil) sino “juzgar con valores, no con favores”. Inesperada rima, a fe mía. Dice ser licenciado por la UNAM, pero no hay registro de su tesis; en otro lado dice ser “postulante”, así que habrá que Irving…

Nuestra herencia griega queda al resguardo del ministro Aristides, quien se hizo urgente con el mote de “Ministro de las Juventudes”, destacando así “su conexión con los jóvenes”, como explica sesudamente el Sistema de Radiodifusión Villamil. Pero el mejor en términos onomásticos es el juez Giovanni Azael, justiciero itinerante (si se llamara Azazel sería el “ángel caído” o el “chivo expiatorio” de la biblia remota, pero le faltó una zeta).

Y la presidentA no lo ha dicho, pero ya lo dirá: es la más renombrada Suprema Corte del mundo.

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