En plena efervescencia por el Gran Premio de México, la operación con la que la empresa Liberty Media adquirió a la Fórmula Uno es investigada por un probable conflicto de intereses.

De acuerdo a un reportaje de la revista Forbes, el 18 de enero miembros del Consejo Mundial del Deporte Motor (WMSC, por sus siglas en inglés), de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) aprobaron la venta de los Derechos Comerciales de la máxima categoría a Liberty Media, por 46 millones de dólares.

El pago fue acordado a cambio del 1% de la compañía principal de los Derechos de Comerciales, Delta Topco, la cual fue comprada por la FIA, en 2013, a cambio de 458 mil 197.34 billetes verdes.

Pero la venta no fue aprobada por la Comisión de Seguridad e Intercambio, según la publicación The Economist, la cual también asegura que la nueva propietaria dijo en varias ocasiones, ante la Comisión de Bolsa y Valores, que necesitaba la aprobación de la FIA para tomar el control de Delta Topco, aunque nunca mencionó que también era accionista.

La situación se torna aún más extraña porque el 11 de enero, Jean-Louis Valentine, ex secretario general de la FIA, mandó una carta a las cabezas importantes de la Federación para solicitarles que no hablaran ante los medios de comunicación sobre el tema.

Documentos internos de la FIA señalan, según Forbes, que el valor de ese 1% sólo podría pagarse si se autorizaba una venta, lo que significaba una ganancia de 45.5 millones para la FIA.

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