Saber fabular es obligatorio para todo periodismo que quiere influir a su sociedad. Y reconocer la fábula dentro de la que uno vive es obligatorio para cada persona que aspira a ser libre.

Cuando Morena miente y le guiña el ojo al elector para que no la desmienta, ¿qué debe hacer el elector? Desmentirla. ¿Qué gana el elector dejándose engañar? Nada. Cuando Morena le presenta como candidato a un corrupto, ¿qué debe hacer? No votarlo.

Ahí está: el mejor Andrés Manuel mostrando su dimensión de gran estadista, ese que solo ha tenido en la arena política un rival de su calibre: él mismo, Andrés Manuel.