Originaria de Guerrero llegó a la capital en los años 20 sin saber leer ni escribir; lo cual no le impidió plasmar sus ideales en tres libros y encontrar en el Partido Comunista Mexicano un estandarte de lucha contra la injusticia social y por los derechos de la mujer, al lado de ferrocarrileros, campesinos, indígenas, obreros y estudiantes en una época en la que el régimen gubernamental no permitía manifestaciones en contra