Luego de la muerte de un buzo en las labores de recate y tras llevar dos semanas atrapados, los niños comienzan a quedarse sin oxígeno, siendo muy complicado hacer llegar tanques con oxígeno hasta su ubicación aproximadamente a un kilómetro bajo tierra

Adul habla tailandés, birmano y chino, además de inglés, y estudia en el mismo colegio desde que tiene 7 años; sigue en las entrañas de este laberinto subterráneo en el que los socorristas libran una carrera contrarreloj para evacuarlos