Tras las elecciones, las calles amanecerán repletas de la basura de su propaganda y las falsas sonrisas arrugadas de los merolicos de la política.

El posible contubernio entre Palacio Nacional y la presidencia de la SCJN durante la gestión de Arturo Zaldívar, parece ser un escándalo que nos alerta de los riesgos que existen cuando el Poder Judicial se somete al Poder Ejecutivo.