"Nada me había preparado para esto. Toda mi vida pensé que el flujo natural de las cosas estaba escrito sobre piedra y que los cambios radicales se daban sólo en la imaginación. Nada me preparó para perderlo todo en tan poco tiempo. Para tener un miedo irracional a la incertidumbre y a lo desconocido que no había experimentado jamás. 

Por muchas generaciones mi especie ha sobrevivido casi sin cambios. El alimento no escasea, siempre, hasta en las épocas más difíciles podía encontrarse algo aunque no fuera tan apetitoso. Siempre habíamos tenido agua, aunque hubo tiempos en que fue poca pero logramos vivir las épocas de más calor. 

Nada queda ya de eso. Una gran nube a tapado el sol parece que para siempre, su luz ya no llega, tanta podredumbre nos impide respirar. Mis amigos poco a poco han ido muriendo. Mi casa cae a pedazos y el lugar que solía habitar hoy a terminado por resquebrajarse. Sólo hay escombros a mi alrededor, desolación y muerte me acompañan. 

Miles, no, millones de objetos desconocidos pasan por mi cabeza y chocan contra mi cada vez que salgo a tratar de respirar. Algunos han muerto al tratar de comerlos, parece que son de una especie no comestible. Hoy, sujetos de otra especie me han retirado un objeto que hacía daño a mi piel, han retirado un poco de la podredumbre que flota en la superficie, pero ha sido insuficiente. 

En pocas horas el sol ha vuelto a quedar oculto y la oscuridad reina nuevamente en mi destruida casa. Estoy cansada, llevo demasiado tiempo sin comer y salir a respirar cada vez es más difícil. Mis aletas están cortadas y mi caparazón se ha reblandecir. Quizá sólo me quede aquí, descansando, quizá sea tiempo de cerrar los ojos, tal vez sólo ha sido un sueño o tal vez sólo sea tiempo de morir."

Tortugas, peces, ballenas, prácticamente toda la vida marina está amenazada por la indescriptible cantidad de plástico. Hace años que sabemos de la existencia de la llamada “sopa de plástico” o también conocida como “sopa de basura”. Hoy sabemos que se trata de más de cinco islas de tamaño colosal que, junto con el cambio climático, están poniendo en riesgo la salud de nuestros océanos.

Las imagenes dañan la vista, millones y millones de residuos  -principalmente plásticos- que flotan sobre la superficie del océano, hay que decir que no son residuos grandes, sino que se trata de partículas muy pequeñas y en algunos casos microscópicas de plástico, miles de millones de ellos que, debido al efecto de las corrientes marinas y el viento terminan por amontonarse.

Hay una frase del Capitán Jacques Cousteau que es sin duda reveladora “la gente protege lo que ama”. Sin duda tenía el razón, el problema es que los temas del cuidado y  protección del medio ambiente casi siempre se hace desde trincheras que a veces parecen pequeñas en comparación con quienes empujan por el consumismo excesivo y el materialismo por encima de cualquier cosa.

Tal vez te preguntes ¿y yo que puedo hacer en el caso de las “sopas de plástico”? La respuesta es sencilla: reduce tu consumo de plásticos: no aceptes bolsas de plástico en tus compras, lleva tus propias bolsas de tela. No compres bebidas que vengan en botellas plásticos (aunque presuman de ser reciclables, en México menos del 25% del llamado PET se recicla, lo demás termina en contenedores o en ríos que luego irán a parar al mar); compra productos que tengan pocas o ninguna envoltura, no compres frutas o verduras que vengan envueltas en bolsas o contenedores de plástico o unicel. Esta locura tiene que parar.

*La foto es de Caroline Power en Facebook.

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