La buena noticia: desaparecen Nueva Alianza y el Partido Encuentro Social (PES). Ambos partidos fueron declarados sin registro por el INE y entrarán en proceso de liquidación a partir del día de hoy jueves, en virtud de no haber obtenido el porcentaje mínimo de 3 puntos para mantener su registro como partidos políticos nacionales.

La mala: Ambos partidos han anticipado que van a presentar sendos recursos ante el Tribunal Electoral con el fin de, según ellos, acreditar que si hubo más de 3% de personas que si votaron por ellos y no sólo por haber ido en coalición con AMLO.

Recordemos que, para evitar que los partidos chiquitos se burlaran de la sociedad y mantuvieran un registro sustentado en votaciones inexistentes, se modificó la ley para que en la boleta electoral aparecieran los logotipos por partido político y no por coalición, logrando con ello la posifilidad de identificar claramente cuántos votos tiene cada partidos.

Incluso Horacio Duarte, representante de Morena ante el INE subrayó su esperanza en que el Tribunal le devuelva el registro al PES y eche para atrás la decisión de la autoridad electoral. 

La peor: el dirigente del PES Hugo Eric Flores, adelantó que, si el Tribunal tampoco les da la razón, formarán un nuevo partido político. Al final saben de memoria el caminito y en México, formar un partido político es bastante sencillo si se tienen los recursos y el apoyo que, se vislumbra, podría tener aquella organización de parte de sus aliados de Morena y del gobierno federal.

Por supuesto, si se tratara de otro país como, digamos, Alemania, el cuento se contaría de manera muy distinta. Empezando por el hecho de que el umbral de votación, es decir, el límite mínimo de votación que debe alcanzar un partido político para obtener o mantener el registro es de 5% y no de 3% como lo tenemos aquí.

Luego habría que destacar el proceso de financiamiento con que cuenta el país europeo. Si bien es cierto que Alemania al igual que México cuenta con un esquema de financiamiento público, los incentivos para otorgarlo y la transparencia de estos recursos son bastante distintas. En México, desde que un partido político participa en las elecciones con el fin de lograr su registro puede obtener recursos públicos aún cuando en la elección no se acerque ni de lejos al porcentaje mínimo para obtener el registro.

En el caso alemán no es así. Las organizaciones que estén buscando ser registradas como partidos políticos deben desembolsar todos los recursos directamente, sacar el dinero de sus bolsillos para obtener el voto popular. Ese dinero se reembolsará por el Estado si y sólo si obtienen el registro, es decir, obtienen por lo menos el 5% de los votos. De no obtenerlo se quedarán sin registro y sin dinero. 

Un esquema interesante que podríamos empujar en México para que dejen de surgir partidos políticos como hongos parásitos que sólo se alimentan de supuestas coaliciones electorales pero que carecen de congruencia política e ideológica y sólo se venden al mejor postor. Si, por supuesto que me refiero al Partido Verde y a otros más como el PT, pero esa es otra historia.

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