Las situaciones desconocidas o que nos toman por sorpresa por lo general provocan miedo. No tenemos claro cuál es la raíz de ese temor,  pero el simple hecho de tomarnos desprevenidos ya puede generarnos una sensación paralizante que nos impide ver las cosas con claridad o perspectiva.  Si no podemos ver, difícilmente podremos actuar o resolver.

Ya que se pasó el susto podemos interpretar con más claridad lo que tenemos enfrente, pero aún así podemos seguir temerosos de lo que pueda suceder.  Sin embargo, aunque existen miedos con fundamento que se justifican e incluso nos ayudan a actuar con sensatez, la mayoría solamente nos impide actuar.  Pensamos que nos estamos protegiendo pero en realidad  solo caemos en profundas frustraciones que solo agudizan el miedo. Aquí un ejemplo:

Un padre de familia se me acercó después de una conferencia con una angustia terrible porque se acababa de enterar que su hijo de 13 años fuma marihuana. Escuché su relato y la enorme frustración de no saber qué hacer. No sabía qué hacer, cómo actuar con su hijo ni adónde acudir. Solo repetía una y otra vez con lágrimas en los ojos que estaba desesperado.  Por supuesto que no es fácil lidiar con una situación así, se rompen muchos esquemas y dinámicas de convivencia. Además de que en este caso, a raíz de que salió a la luz el consumo,  la conducta del hijo cambió radicalmente volviéndose violento y aún más con la conducta pasiva y llena de miedo del papá.

En este caso y en muchos otros lo mejor que se puede hacer para quitar el miedo es accionar, buscar ayuda y asesoría. No pensar en que se va a solucionar todo el problema de manera rápida porque eso también impide dar el primer paso. Ver las cosas en tiempo presente es menos angustioso que tratar de ver el futuro. La supuesta visión del futuro aumenta el miedo y evita que se avance en el presente hacia el principio de una resolución.

Lo mejor para combatir el miedo es la acción.

Twitter @reginakuri

Google News

Noticias según tus intereses