Casi todas las técnicas de autoayuda para mejorar el bienestar emocional y  físico tienen que ver con alcanzar un estado mental presente en tiempo real. Es decir, no andar pensando en futuros angustiantes ni pasados culposos. NO importa qué camino se sugiera seguir o si es uno o varios,  el objetivo es estar presente.  Las religiones por otro lado no proveen de ese conocimiento, por el contrario  hablan de vidas después de la muerte, juicios finales y otros,  que en mi parecer obligan a los seguidores a actuar por las razones incorrectas.  No es la intención criticar a las religiones ni nada de eso, pero por ejemplo, si se profesa el ser piadosx o generosx el principio es no ser juzgado al final del camino, cuando en realidad una persona debe ser generosa por el simple principio de serlo, no condicionadx por un castigo o premio.

El caso es que en mi experiencia en un intento constante por alcanzar  un bienestar emocional, sí creo que la clave principal o el inicio para poder estar en paz es situarse en el presente, y para ello no se necesita solo sentarse a no pensar en el futuro, sino actuar. Actuar y pensar de manera positiva.  Es decir,  cada día tomar las oportunidades que la misma vida nos brinda para ser mejores personas, no pensar en lo que va a pasar cuando nos vayamos a morir o en el mal karma que nos puede llegar por haber afectado a otros.

Un factor que definitivamente nos saca del presente es la acumulación de tareas. Esta necesidad de abarcar lo más que se pueda, pone a prueba nuestra capacidad de organización. No significa que no seamos eficientes para realizar todas las tareas, pero no es hasta que empezamos a hacerlas una por una cuando la angustia baja y entonces sí nos volvemos mucho más eficaces. Para poder empezar necesitamos situarnos en el presente, si pensamos en el futuro todo se hace bolas y no hacemos nada.  Una persona puede hacer cualquier cosa que se proponga, y las personas que lo logran es porque sitúan su atención en la tarea del momento, no en la expectativa o en el resultado.  Me pasa con las carreras, en vez de atender y sobre todo disfrutar el camino hacia el objetivo, centro mi atención en el final sin embargo no hay caso en alcanzar el objetivo cuando el camino no resultó disfrutable. Se me olvidan las razones reales por las cuales corro, que no es solamente romper mis límites sino practicar el estar presente, disfrutar cada paso y aprender de cada sorpresa que sale en el camino. Así como en la vida.

Twitter @reginakuri

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