Los eventos de esta semana alrededor del Día Internacional de la Mujer en México resaltan una vez más las grandes brechas de género sociales, económicas y de seguridad que viven (o sobreviven) las mujeres en el país día a día.

A pesar de las protecciones legales existentes, la violencia de género es reconocida por los actores gubernamentales y no gubernamentales como un área donde se requieren medidas urgentes.

Uno de los resultados de un diagnóstico en temas de género en México elaborado recientemente por el Banco Mundial muestra que el estatus económico de las mujeres, medido por su participación en la fuerza laboral o sus ingresos potenciales en relación con los de los hombres, tiene un impacto en la violencia de género. Por lo que algunas medidas, de las muchas que se necesitan para reducir la violencia contra las mujeres en varios ámbitos, están relacionadas a ayudar a empoderarlas económicamente.

Pero ¿cuál es la situación sobre la participación de la mujer en el mercado laboral en el país? Como es de esperarse, ésta se encuentra muy por debajo de la de los hombres… pero también es muy baja en México en comparación con otros países comparables.

Sólo 45% de las mujeres mexicanas en edad de trabajar forman parte de la fuerza laboral, en comparación con un promedio de 51% en los países de América Latina y el Caribe, y 52% en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El progreso a través del tiempo también ha sido lento. Chile y Colombia, —dos países pares regionales cuyos niveles de participación de las mujeres en la fuerza laboral en la década de 1990 eran similares o inferiores a los de México— tienen hoy niveles de 51% y 59%, respectivamente.

El costo económico y social para el país emanado de esta brecha en el mercado laboral es enorme. Resultados preliminares de un estudio en proceso de elaboración del Banco Mundial, que será presentado en mayo próximo, muestran que esa brecha está asociada con una pérdida de alrededor de 22% del ingreso per cápita en México.

Ese estudio en elaboración evaluará a profundidad las causas detrás del rezago que muestra México en la participación de la mujer en mercado laboral y cuáles serían las políticas específicas que podrían ayudar a cerrar la brecha existente.

Algunos de los “sospechosos comunes” están siendo evaluados: acceso a (y confiabilidad de los) servicios de cuidado infantil, embarazo en adolescentes y normas sociales, junto a otras características y aspectos.

Actualmente ya existen números de varias fuentes que nos dan pautas sobre la situación. Alrededor de 40% de las mujeres dicen que su decisión de no trabajar se debe a la falta de servicios de cuidado infantil confiables. El embarazo en la adolescencia es la segunda causa principal de abandono escolar entre las niñas (que es más alto que el de los niños), lo cual también coarta sus posibilidades en el mercado laboral y su empoderamiento económico futuro.

Las mujeres se hacen cargo de cerca de 77% de todas las tareas domésticas no remuneradas en México.

La mujer promedio pasa seis horas al día realizando tareas domésticas no remuneradas, en comparación con un promedio de dos horas para los hombres.

El acceso al financiamiento es otro elemento fundamental para el acceso de la mujer a mejores oportunidades económicas. Muchos países de América Latina presentan brechas en acceso a servicios financieros, pero la brecha en Mexico es más alta que el promedio de la región, pese a mejoras en los últimos años.

La evidencia muestra que tener acceso y usar una gama de servicios financieros no sólo mejora la aportación de las empresas de propiedad de mujeres al crecimiento, sino que también contribuye al empoderamiento de las mujeres.

Apoyar con políticas concretas y focalizadas a cerrar las brechas económicas sociales y de seguridad entre las mujeres y los hombres, es una parte crítica de una estrategia de desarrollo inteligente para México.

Director del Banco Mundial para México

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