Hace unos días, después de estar en Querétaro para el Torneo de Nuevos Valores , lamentablemente mi suegra falleció. Y a ella, a la extraordinaria Hilda del Carmen Martínez Guerrero , es que —como su familia— queremos dedicar estas líneas, en las que le recordaremos con mucho cariño y con las que estoy seguro de que la gente del deporte podrá apreciar a quien fue una persona de bien y que siempre trabajó para ayudar en todo momento a la disciplina de sus amores.

Mi suegra, junto con su esposo y sus cuatro hijas (todas ellas nadadoras destacadas que participaron en Juegos Centroamericanos, Panamericanos y hasta en Olímpicos [como fue el caso de Irma en Los Ángeles 1984]) son parte de esas familias que han dedicado mucho de su tiempo a la natación y que pudieron el apellido Huerta Martínez siempre en lo más alto.

El ejemplo familiar que dio mi suegra y que tuvo sus bases en el Centro Asturiano, de donde después se fue a entrenar a la Unidad Morelos de San Juan de Aragón , fue extraordinario, ya que siempre hicieron todo lo posible para que fueran destacadas nadadoras, y lo lograron con creces.

Más de 15 años estuvieron en el liderazgo de la natación de México, con una gran camada de los años 70 y 80, logrando cosas maravillosas para el país. Era una mujer que, en el Seguro Social, compartía amistad, gustos, siempre ayudando a la gente, sin pensar o hacer distinciones de clases sociales.

Era quien organizaba las competencias, lo hizo durante mucho tiempo, así que quién de esa época no conoce a Hilda Martínez. A nadie se le dijo que había fallecido, porque así lo decidió, pero las muestras de cariño que ha recibido su familia de quienes se han enterado son una prueba más de la importancia que esta mujer alcanzó dentro de la comunidad acuática.

Conviví muchos años con ella y siempre buscaba ayudar, en especial a la gente del deporte. Era pieza fundamental de una familia ejemplar, que siempre quería apoyar, y se rodeó de un equipo en el Seguro Social , al que quiso mucho. De esa Unidad Morelos no hay quien no recuerde a la señora Hilda; incluso, si le preguntan a Felipe Muñoz (medallista de oro en México 1968), la recordará con cariño.

Hacía un gran trabajo, incluso en lo administrativo, y lo realizaba sin cobrar. Por eso, hay que recordarla como una gran mujer que ayudó al deporte de México de manera importante. Preguntar por la familia Huerta en la natación de México es preguntar por gente muy querida por todos, así como también hacerlo por la familia Holtz, la familia Muñoz, la familia Plaschinski.

Descanse en paz Hilda del Carmen Martínez Guerrero , siempre recordada por su familia y por toda la gente a la que tocó, con sus grandes acciones, en beneficio del deporte de sus amores, la natación.

deportes@eluniversal.com.mx

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