Por Luis Duran*

En esta crisis histórica de la pandemia se ha hablado mucho de la gran tragedia económica que tenemos en puerta y que se está viendo reflejada en el desempleo de millones de mexicanos. Sin embargo, poco o nada se ha hablado de uno de los efectos negativos más preocupantes que estamos viviendo hoy en nuestro país: Cómo esta crisis está afectando de manera aún más dramática y compleja a las mujeres. En el mes de Marzo escribíamos en esta columna de la importancia de cerrar la brecha salarial entre hombre y mujeres. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo, la disparidad salarial entre hombres y mujeres en México es la peor de todo Latinoamérica, 15% en el sector formal y 45% en el sector informal. La participación de las mujeres mexicanas en la fuerza laboral con un 44% es la segunda peor de los países que mide la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) únicamente atrás de Turquía. Estas cifras, por demás preocupantes, representan nuestra realidad ANTES de la pandemia.

No hay duda que a raíz de esta crisis la desigualdad de género se ha agudizado. A los que hemos visto con preocupación esta desigualdad, nos alentó ver a las mujeres unidas pidiendo cambios de fondo en nuestro país en las marchas del 8 y 9 de Marzo. Por supuesto que los reclamos de esas marchas iban mucho más allá de la desigualdad salarial y en empleos, incluyendo justos y urgentes llamados a atender la violencia de género que tanto afecta a nuestras mujeres. Y si bien se ha hablado algo de la terrible tragedia de violencia doméstica que se ha acrecentado de manera dramática con estos meses de confinamiento, dejaremos esa reflexión y análisis para otra ocasión para enfocarnos en la crisis del empleo de nuestra población femenil.

Lo primero que debemos de hacer es darnos cuenta que el reto es enorme. Un estudio de la economista alemana Michele Tertilt señala que en esta pandemia el desempleo de las mujeres ha sido 30% superior al de los hombres. Otro estudio de las Naciones Unidas estima que en países en vías de desarrollo como México, las mujeres trabajan tres veces más en tareas no remuneradas que los hombres. No se necesita ser un genio para saber que en esta pandemia las mujeres han cargado con la mayor parte de la carga adicional de trabajo. Ya sea para ayudar a los hijos en sus tareas escolares en línea, o para ayudar a los esposos a navegar el trabajo remoto desde casa, o simplemente porque hay más tareas domésticas derivadas de estar más tiempo en el confinamiento.

Aunque es difícil encontrar cifras exactas por género en nuestro país, basta con saber que, según datos del INEGI, de todas las PYMES de nuestro país, 3 de cada 5 son lideradas por mujeres. En esta crisis las empresas más afectadas por esta recesión son precisamente las PYMES. También sabemos que los sectores más afectados han sido precisamente algunos donde las mujeres están sobre representadas en el mercado laboral: El sector Turístico, los Restaurantes, los Servicios, el sector Salud y la Informalidad. Todos sectores duramente golpeados hoy por hoy. Y todos sectores donde las mujeres representan más del 55-60% de la fuerza laboral. Además, los sectores que están teniendo más estabilidad en estos momentos son precisamente algunos sectores donde los hombres participan más activamente que las mujeres, como la tecnología, servicios de logística y distribución y entrega de productos.

Sin lugar a dudas nuestra respuesta ante estos retos debe de ser dirigida de una manera especial a resolver los problemas de las mujeres. Empezando por la ayuda en el cuidado de los hijos. Si esto no se resuelve, las mujeres no podrán salir de la recesión con efectividad. El Gobierno y las empresas deben de invertir en nuevos esquemas que no únicamente incluyan guarderías, si no que también tomen en cuenta que hasta que no estemos en semáforo verde, nuestros hijos seguirán estudiando remotamente. Las empresas deben de tener flexibilidad en los horarios de trabajo y el trabajo a distancia con herramientas efectivas es más importante que nunca. Se necesitan apoyos directos a las PYMES que requieren de inyección de recursos con urgencia. El Millón de créditos de $25,000 pesos ayudan pero son insuficientes si consideramos que el salario mensual promedio de los trabajadores es ligeramente inferior a los $10,000 pesos. La situación amerita medidas dramáticas. Lo bueno es que no todo son malas noticias. También hay oportunidades. Sabemos que si atendemos esta desigualdad, que se ha agudizado tanto con esta crisis, a nuestro país le irá mejor y más rápido. El Banco Mundial estima que mejorar la desigualdad de género puede impactar positivamente el PIB hasta en un 31%. Si atender esta disparidad era urgente antes, ahora es verdaderamente crítico. Por el bien de las mujeres, de nuestras familias y de todo México.

* Director General de Strategy Primus y Presidente de la Comisión Nacional de Educación de la COPARMEX @LuisEDuran2

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