Desde hace unos días, han empezado a circular las estimaciones de la dinámica económica en el mundo durante el primer trimestre del año, por supuesto, no hay sorpresas, todas ellas refieren fuertes caídas. Para China, el epicentro de la pandemia, los datos oficiales son de una contracción de 6.8% para el primer trimestre de 2020 a tasa anual. En el caso de Estados Unidos, las estimaciones del Bureau of Economics Analysis aparecerán el 29 de abril, sin embargo, instituciones como The Conference Board calculan que el retroceso durante el primer trimestre será de hasta 5.8%. La diferencia entre ambos países es que, mientras que para China se espera una recuperación a partir del segundo trimestre, para Estados Unidos iniciaría moderadamente en el tercero y con más vigor hacia el final del año.

En México, conoceremos el próximo jueves las estimaciones oportunas realizadas por Inegi sobre el primer trimestre de 2020. Se trata de una estimación elaborada mediante una aproximación econométrica que 30 días después será confirmada por el Sistema de Cuentas Nacionales.

Consultores Internacionales S.C. anticipa los resultados y profundiza en la dinámica de algunos de los sectores económicos considerados de mayor impacto por los efectos de la crisis económica. En los primeros dos meses del año identificamos ya una caída en la actividad económica, a través de la observación del Indicador General de la Activad Económica (IGAE), ambos con tasas de crecimiento negativas, de 0.8 y 0.6%, respectivamente. Recordemos que las afectaciones por el Covid-19 se observaron principalmente en la segunda quincena de marzo y la caída de internacional de los precios del petróleo que se materializó desde los días 8 y 9, lo que nos lleva a estimar una caída aún más pronunciada en este mes. Así a través de nuestro Modelo Macroeconómico Tlacaélel, evaluamos que el PIB (a tasa anual) tuvo una contracción de entre 1.7 y 2.7%. Incluimos en nuestro modelo, además de los efectos de la pandemia y la abrupta caída de los precios del petróleo desde marzo, el deterioro de las finanzas públicas, las bajas en la calificación crediticia de Pemex, del bono soberano, la aversión al riesgo en el sector empresarial y la disminución del flujo de personas y mercancías, principalmente.

Igualmente, hemos preparado estimaciones para los tres sectores económicos: primario, que contempla las actividades agrícolas, ganaderas, forestales y pesca; secundario, que integra a la minería, a la construcción, a la generación de energía y a las actividades manufactureras; y el terciario, que contempla al comercio y los servicios.

En el caso del sector primario, observamos una fuerte caída registrada en el IGAE en febrero, considerando los efectos de la baja demanda en su cadena de valor, principalmente restaurantes, hoteles, realización de eventos y otros, principalmente en la segunda quincena de marzo, consideramos que el PIB de este sector se contrajo entre 3.0 y 4.5%.

El sector secundario cayó en el primer trimestre, entre 3.3 y 4.9%. Las condiciones de marzo, básicamente cierres de planta en varias industrias y la fuerte caída en el precio del petróleo, se suman a una ya débil industria mexicana, que ha tenido registros negativos desde noviembre de 2018.

Para las actividades del sector terciario, estimamos una caída de entre 0.5 a 0.9%, hemos visto afectaciones principalmente en el turismo y las actividades asociadas, como hotelería, transporte de personas, restaurantes, entre otros, sin embargo, observamos también que muchos negocios han logrado mantener actividades gracias a la ventas por internet, los servicios de reparto de comida, la atención a clientes a través de videoconferencias y en general el uso de tecnologías como la nube mantuvieron al sector y evitaron una caída mucho más amplia.

Lamentablemente, advertimos efectos más profundos en la economía nacional hacia el segundo trimestre del año, considerando que la suspensión parcial de actividades inició en abril y se espera continúe al menos hasta finales de mayo. En suma, los dos primeros trimestres del año se registrarán fuertes contracciones del PIB, será un año complejo en tanto que estamos a la expectativa de la evolución de la pandemia, de otras variables como el precio del petróleo y de sus efectos en las finanzas públicas, en el tipo de cambio (arriba de 23 pesos por dólar al cierre del año) y la inflación (entre 2.1 y 2.8%).

Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

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