Con eso de los estrenos de las nuevas películas de Spiderman y Matrix, la otra vez me tocó ir con mis hijos a dos funciones de cine, la primera de ellas en Cinépolis y la segunda en Cinemex.

Al principio no me percaté de que cada vez que pagaba en las taquillas y en las dulcerías, el grosor de mi bolsillo se iba incrementando. Al final, al llegar a la casa, extraje del bolsillo de mi saco el rollo de tickets que había acumulado e invité a mis hijos a acomodarlos para ver si podíamos juntar el suficiente papel para recrear una cuartilla tamaño carta.

Los resultados nos sorprendieron. Cuatro cuartillas completas en tickets de papel habíamos recibido ese día en nuestras dos visitas al cine. Algunos tickets medían hasta 30 centímetros de largo, ¡un desperdicio absoluto!

“Los tickets de papel salen de los árboles, ¿verdad papá? ¿Cuántas personas van al cine en México cada año?”, fue la pregunta lógica de mi hija visiblemente preocupada al calcular que por cada asistente a los dos principales complejos cinematográficos hubiera una cuartilla de papel de por medio.

Pocos días después, al acudir al almacén Liverpool de avenida Insurgentes a comprar un regalo, nos sorprendimos nuevamente por lo largos que son los tickets de papel en ese lugar. En una sola compra nos dieron un ticket de casi 30 centímetros de largo. Pero lo indignante fue al pedir factura por la misma, ya que el encargado de la tienda imprimió un verdadero rollo de casi un metro de largo… en verdad, tenemos la prueba en casa.

Ese mismo desperdicio de papel ocurre en numerosas tiendas más, como Palacio de Hierro, Sanborns, Starbucks, Hiperlumen, Office Depot, en las tiendas de la cadena Wal-Mart, Chedraui y Comercial Mexicana. Un tema que no ha sido regulado y que es responsable directo de la actual tala de numerosos árboles.

Al investigar sobre el tema, mi hijo me proporcionó la siguiente información: cada tonelada de papel utiliza la materia prima de 17 árboles de 15 metros de altura y 40 cm de diámetro. Además, lanza 2.3 metros cúbicos de desechos sólidos de basura, se utilizan 32 mil litros de agua, 4 mil 200 kilowatts de electricidad y 27 kilos de contaminantes a la atmósfera y al agua, como el cloro.

Es urgente que las autoridades encargadas del medio ambiente comiencen a regular a los grandes emporios que, en plena época de la tecnología, siguen dando a sus clientes tickets kilométricos, cual si nos encontráramos en la década de los setenta.

Es realmente sorprendente que la Semarnat no realice campañas permanentes para que las tiendas de todo el país dejen de emitir comprobantes de compras en papel. Esa misma responsabilidad la tiene el SAT al brindar de manera arcaica cierta validez a esos tickets que, como ya mencionamos, subsisten en nuestra sociedad del siglo XXI como si estuviéramos en los años setenta u ochenta. ¿Acaso Rafael Pacchiano de Medio Ambiente o Raquel Buenrostro del SAT, siguen escuchando su música en un walkman de casettes, ven sus películas en VHS, usan un celular de ladrillo o buscan sus servicios en una Sección Amarilla de papel?

En este espacio fuimos de los primeros en hablar de los boletines de prensa impresos en papel que las diversas instancias públicas siguieron mandando a los medios de comunicación por más de cinco años, aún después de entrar en uso el correo electrónico. Después hicimos lo mismo con el uso de las facturas en papel. Hoy, sin duda, el siguiente paso es hallar una alternativa para los tickets kilométricos que siguen mermando el equilibrio ecológico de nuestro país.

Y si quiere hacer la prueba usted mismo, estimado lector, cuando vaya al cine, a los almacenes, al súper, guarde sus tickets durante una semana entera, luego colóquelos en una mesa y vea cuántas cuartillas de papel puede formar con ellos… los resultados le sorprenderán... ¿qué le parece si sube las fotos y etiqueta a Pacchiano de Medio Ambiente y a Buenrostro del SAT? Vamos a crear el hashtag #misticketsparaustedes

¡Feliz 2022!

homerobazanlongi@gmail.com
Twitter: @homerobazan4

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