Ayer, en mi columna de EL GRÁFICO , también de EL UNIVERSAL , escribía que teníamos que aprender a perder y hoy me quiero explayar. Se ha dicho demasiado y claro que es un reflejo de nuestra cultura la derrota decorosa, el robo siempre hacia nuestros objetivos o las injusticias constantes al mexicano.

La Copa Libertadores o la Copa América hemos creído que no las ganamos porque Conmebol nunca nos iba a dejar, sin tomar en cuenta los penales fallados del Cruz Azul en La Bombonera , el pésimo juego de Chivas ante el Inter de Porto Alegre o la humillación del River a los Tigres .

El domingo, las redes sociales volvieron a posicionar ese hashtag de #NoEraPenal y los medios vendimos rápidamente la historia de la eterna víctima, la típica María Mercedes , saliendo de la pobreza, pero los ricos no la dejan llegar a cumplir su destino.

Así somos, así nos sentimos cómodos ante la derrota. Justo por eso, además de saber que sí era penal, me dio gusto la derrota para provocar una reflexión más allá del tema del cangrejo. Necesitamos ser frontales y que los chicos que jugaron un gran Mundial Sub-17 quieran trascender y entiendan que Holanda y Brasil fueron superiores en la cancha; es más, están más cerca de jugar en los grandes escenarios europeos en cinco o seis años que los mexicanos.

Es fundamental entender las derrotas y formar mejores futbolistas. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A donde debemos cambiar el No era penal al Sí era penal y seguir trabajando.

@EnriqueVonBeas

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