Hace 28 años, gracias a la visionaria promoción del entonces rector de la UNAM, Dr. José Sarukhán, se creó, con apoyo del Ejecutivo Federal, la Fundación UNAM, A.C. Desde entonces, cada uno de los rectores que han estado al frente de nuestra Máxima Casa de Estudios hasta el actual, Dr. Enrique Graue Wiechers, han continuado secundando la tarea encomendada a esta asociación civil desde su inicio y que consiste en apoyar, con recursos financieros y en especie, las actividades de docencia, investigación y difusión cultural que su Ley Orgánica encomienda como objetivos prioritarios a la Universidad Nacional Autónoma de México.

Los sucesivos presidentes de su Consejo Directivo, así como los integrantes de este órgano colegiado que hoy dirige de manera innovadora y eficaz el Lic. Dionisio Meade, apoyado desde la Dirección Ejecutiva por la entusiasta y dinámica Araceli Rodríguez, han continuado e incrementado de forma sustancial los recursos que los egresados y los amigos de la UNAM destinan cada año para apoyar el otorgamiento de becas de manutención, de alimentación, de movilidad para estudios en el extranjero, así como apoyos financieros para la adquisición de equipos y material para muy variados proyectos de investigación, así como para la difusión en México y en el extranjero de las distintas manifestaciones de cultura que se generan desde y para la UNAM.

Esta centenaria casa de estudios ha constituido, sin duda alguna, un verdadero crisol en donde se han formado profesionistas, maestros e investigadores de todas las disciplinas del saber, provenientes de los más diversos rincones de nuestro territorio y del más variado origen socioeconómico del México de la última centuria.

Como un pequeño botón de muestra de lo anterior han quedado registrados en estas páginas de EL UNIVERSAL, a lo largo de cuatro años, los testimonios de mujeres y hombres que han tenido la oportunidad y el privilegio de pasar por las aulas de la UNAM y que han aceptado compartir sus experiencias con los lectores de este diario. Médicos, abogados, ingenieros, científicos y literatos han escrito sobre la impronta que dicha oportunidad ha dejado en sus vidas, así como de los amplísimos e inimaginables horizontes del saber que dicha época de estudios les permitió disfrutar. Cada uno ha compartido también su reconocimiento al generoso apoyo recibido por la Fundación UNAM, sin el cual, en muchos casos, hubiera sido difícil si no es que imposible, cumplir el sueño de estudiar en la Universidad más grande y más completa que existe en nuestro país y en América Latina.

Varios rectores de la UNAM, así como servidores públicos de los tres Poderes Federales y también de los estados y de los municipios del país, han escrito ya en estas páginas semana tras semana. También lo han hecho maestros e investigadores y exitosos hombres y mujeres empresarios, al igual que escritores y deportistas. Todos y todas orgullosamente egresados de la UNAM.

En las siguientes semanas habrán de continuar publicándose los testimonios de muchos y muchas más que tanto deben a su paso por nuestra Máxima Casa de Estudios y a la asociación civil que apoya generosamente, con recursos adicionales, el esfuerzo por garantizar que continúe el funcionamiento autónomo y libérrimo de la UNAM, para que pueda seguir cumpliendo su misión de crisol de las generaciones de mexicanas y mexicanos en el presente y el futuro para bien del país.

Director General de la Fundación Miguel Alemán, A.C.

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