El año de las salas de cine cerradas, de la supremacía del streaming, de los festivales desde casa. El año en que el cine murió un poco y que no obstante entregó grandes películas.

Este es el compilado anual del mejor cine que pudimos ver desde nuestro sofá en 2020. Un año tan atípico como este merece la abolición de todas las reglas, por lo que esta vez se vale todo: cine visto en festivales en línea, en sala, en screeners, o por cualquier medio posible.

Así pues, aquí la lista de las películas que recordaremos del año que quisiéramos olvidar.

20.- Hater - Dir: Jan Komasa

En una realidad sociopolítica donde las redes sociales son usadas para manipular elecciones, una película como Hater es más que necesaria. Este filme polaco (disponible en Netflix) narra la historia de un joven que se convierte hacker y ofrece sus servicios a dos bandos políticos opuestos. Se trata de una ficción que describe con eficacia la mecánica del troll de internet.

19.- Palm Springs - Dir: Max Barbakow

No hay nada en Palm Springs (amena ópera prima de Max Barbakow) que no nos haya dicho antes (y mejor) esa obra maestra llamada Groundhog Day (Ramis, 1996). Lo que nos gana es la extraordinaria química que reflejan en pantalla Cristin Milioti y Andy Samberg. Cuando miremos atrás y recordemos nuestros días de encierro en 2020, recordaremos esta cinta sobre una pareja que, como nosotros, vive atrapada en el loop infinito del repetitivo día a día.

18.- Bad Education - Dir: Cory Finley

Basada en un caso verdadero de corrupción ocurrido en una escuela de Estados Unidos, Hugh Jackman entrega una de las mejores actuaciones de su vida en una cinta que nos recuerda el estilo de los hermanos Coen y de Alexander Payne. El retrato sobre este hombre tan complicado como corrupto nos hace pensar: ¿es justificable la corrupción de un servidor público a cambio de un desempeño excepcional?

17.- Druk - Dir: Thomas Vinterberg

La premisa parece pueril y el resultado no podía ser más obvio. Bajo la teoría (basada en un estudio real) de que el cuerpo humano tiene un déficit de alcohol en la sangre y que por ello no es mala idea mantenerse todo el tiempo algo ebrios, Vinterberg desmitifica el vicio y la autodestrucción: después de todo, algunos de los peores genocidas eran abstemios.

16.- Les Miserables - Dir: Ladj Ly

Esto no es una recreación moderna de la épica de Jean Valjean ni tampoco un musical. Filmada en el mismo lugar donde Víctor Hugo escribiera su famosa novela, Les Miserables de 2020 es el retrato de un país dividido y en constante tensión entre los varios grupos étnicos que conviven bajo la misma bandera. Una especie de actualización del clásico La Haine (Kassovitz, 1995) en tiempos de la post verdad.

15.- Richard Jewell - Dir: Clint Eastwood

Basada en la historia real de Richard Jewell (impecable Paul Walter Hauser), el vigilante que en 1996 descubrió una bomba en el Centennial Park de Atlanta, salvó decenas de vidas y luego fue acusado de ser el autor del atentado. Eastwood arma un relato emotivo, emocionante, por momentos incluso encabronante, sobre esa norteamérica profunda, aquellos que seguramente

votaron por Trump. Y lo hicieron, nos muestra Eastwood, justo porque descartarlos es un error.

14.- Beastie Boys Story - Dir: Spike Jonze

Especie de biopic-performance, grabado en vivo y actuado (?) por los miembros restantes del legendario grupo. Beastie Boys Story es un viaje de conmovedora nostalgia pero también un grito de guerra. Y es que los Beastie, que nunca renunciaron a su derecho de parrandear, agregaron una exigencia más: el derecho a crecer, a cambiar, y no ser siempre los imbéciles de las canciones fiesteras, los penes inflables en el escenario y los baños de cerveza.

13.- On The Rocks - Dir: Sophia Coppola

Habrá quien diga que ya le celebramos todo a Bill Murray, ¿hay algún problema con ello? Cierto: el papel que Coppola le escribe para esta historia es un guante a la medida, al grado que parece fácil (tal vez lo sea) pero no por ello es menos emotivo y hasta conmovedor. Coppola dirige y escribe esta cinta sobre la relación de una hija con su abrumador y famoso padre. Todos sabemos de quién está hablando.

12.- Never Rarely Sometimes Always - Dir: Eliza Hittman

¿Por qué la decisión de una mujer se debe convertir en una peligrosa hazaña? Con economía de diálogos y un montaje que recuerda al cine de los hermanos Dardenne, Never Rarely Sometimes Always arma su argumento en favor de la emancipación femenina sin encendidas emociones. Tal despliegue no es necesario porque rápidamente el viaje de este par de mejores

amigas se convierte también en nuestro propio viaje.

11.- First Cow - Dir: Kelly Reichardt

Un lacónico y pausado western que va de menos a más, sin recurrir a los clichés que dicta el género. Es 1820 en Oregon, un par de hombres recién vueltos amigos, van a hurtadillas tras la única -la primera- vaca que ha llegado al lugar. El objetivo es usar la leche para hacer panes que luego venden en el mercado local. Con esa curiosa sencillez culinaria, la cinta hace un comentario sobre los inicios del capitalismo mezclada con un bello relato sobre la amistad.

10.- The Invisible Man - Dir: Leigh Whannell

En The Invisible Man (USA, Australia, 2020), el cine de terror se transmuta a los horrores que denuncian las mujeres del #MeToo. Escrita y dirigida por el cineasta australiano Leigh Whannell, El Hombre Invisible es una extraordinaria metáfora sobre las relaciones destructivas. Whannell utiliza los tropos del género para narrar la historia de una mujer que, literalmente, trata de huir de un matrimonio de terror.

9.- Vast of Night - Dir: Andrew Patterson

Presentada como si fuera un capítulo de alguna serie de ciencia ficción televisiva (Twilight Zone, obviamente) y en constante homenaje a la transmisión radial de War of the Worlds de Orson Welles, Andrew Patterson filma con evidente entusiasmo, imaginación y recursos este relato sobre visitantes de otro planeta. Patterson sabe cautivarnos con todas sus decisiones de narrativa (ese magnífico plano secuencia a cargo de su extraordinario fotógrafo, el chileno Miguel Ioann), su manejo de espacios y de luces que generan suspenso y mantienen el interés

en el público.

8.- J’Accuse - Dir: Roman Polanski

Se trata de un proyecto que el director franco-polaco había buscado desde hace mucho tiempo: la historia del famoso Caso Dreyfus: el capitán de origen judío que en 1894 fue acusado de traición por el gobierno francés, aunque en realidad había un trasfondo claramente antisemita. El enfoque que Polanski da a la historia no deja de ser osado: no importan las creencias individuales, son las instituciones y los gobiernos los que deben mantenerse neutrales, justos y

fieles a la verdad.

7.- Possessor - Dir: Brandon Cronenberg

Clara e inevitablemente inspirado en su padre, Brandon Cronenberg no le tiene miedo a la sangre, a la posesión de cuerpos y a la exploración de la carne. Son cosas de familia. En esta sangrienta experiencia sensorial seguimos a Vos (Andrea Riseborough) una especie de espía corporativo que “habita” el cuerpo de otros para cometer crímenes. Imaginen Inception (Nolan, 2010) pero con mucha menos exposición y más sangre.

6.- The Sound of Metal - Dir: Darius Marder

Roger Ebert decía que las mejores películas son aquellas que se convierten en máquinas de empatía. The Sound of Metal es de ese tipo de filmes. Con un diseño sonoro impresionante y la soberbia actuación (¿qué esperan para darle un Oscar?) de Riz Ahmed, el debutante Darius Marder nos transporta a la mente de su protagonista, un baterista que súbitamente pierde el oído. La inmersión es tal que la angustia resulta inevitable desde los primeros minutos del filme.

5.- I’m Thinking of Ending Things - Dir: Charlie Kaufman

Tan fascinante como inasible, el más reciente mind fuck de Charlie Kaufman nos sitúa inicialmente en un roadtrip donde una pareja viaja en auto para que ella (Jessie Buckley) conozca a los padres de él (Jesse Plemons), interpretados por Toni Collete y David Thewlis. Después de aquel inicio, ni me pregunten de qué trata la película porque no tengo idea, aunque ello nunca me provocó el deseo de detener la proyección, al contrario, la fascinación es inevitable.

4.- Uncut Gems - Dir: Benny y Josh Safdie

Gracias a Paul Thomas Anderson sabíamos que Adam Sandler es un gran actor. La sorpresa es verlo en este registro, capaz de provocar empatía mediante un personaje por momentos repugnante como lo es Howard Ratner en Uncut Gems. La tensión va subiendo de nivel a cada minuto que pasa y al final sólo queremos ver ganar a Ratner. Los hermanos Safdie saben crear intensos viajes en su cine y hasta el momento este ha sido sin duda el mejor.

3.- Lovers Rock - Dir: Steve McQueen

Parte del compilado de cinco (!) cintas que estrenó Steve McQueen en 2020, Lovers Rock es una de las experiencias inmersivas más intensas de este año y una de las películas que más nos hubiera gustado ver en sala. A medio camino entre documental y ficción, la cinta es la crónica de una fiesta que sucede en el West London de los 80’s, en algún departamento donde la comunidad negra se reúne simplemente a bailar, a ligar, a festejar estar vivos. El encierro al que estamos sometidos a causa de la pandemia, provoca que la cinta sea aún más

conmovedora: ¿cómo no extrañar esa época cuando podíamos hacer una fiesta, llena de gente, en nuestra propia casa?

2.- Leap of Faith: William Friedkin on The Exorcist - Dir: Alexandre O. Philippe

La masterclass del año. Toda una lección sobre cómo se hacía antes cine: con coraje, determinación e instinto. William Friedkin narra detalladamente el proceso con el cual filmó la piedra angular del cine de terror: The Exorcist. Friedkin libró batallas con el estudio, con el guionista, con los actores. Enemigo de las múltiples tomas, se aseguraba que todo saliera a la primera, aún si para ello era necesario golpear a un actor o disparar un revólver. Imposible pues, en estos días puritanos, hacer algo así. La moral nos alcanzó, pero el cine persiste.

1.- Dick Johnson is Dead - Dir: Kirsten Johnson

2020 es un año que nos obligó a pensar en la muerte, a verla de cerca, a escuchar de ella todos los días, a vivirla en la forma de algún familiar o algún conocido. Fue inevitable. Por ello, la película del año es una que justamente nos replanteó la forma en cómo pensamos la muerte. Dick, el padre de la directora Kirsten Johnson, está en las primeras etapas del Alzheimer, la misma enfermedad que años atrás le arrebató a su madre. Pero en vez de perderse en la angustia por la futura muerte de su padre, Kirsten prefiere burlarse de ella, filmando a su progenitor muriendo de todas formas posibles, recreando escenarios oníricos donde él baila con su esposa, ahuyentando la angustia y abrazando el final de una vida bien vivida.

Al filmar esta extraordinaria cinta (que desafía la definición misma de documental), la cineasta le otorga a su padre el mejor regalo que podría darle: la inmortalidad del celuloide.

Google News