Se respira tristeza, incertidumbre, impotencia y coraje en la Ciudad de México. El colapso de la línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro, entre las estaciones "Olivo" y "Tezonco", es una tragedia que pudo evitarse. Los accidentes se previenen, no se lamentan, y los gobiernos tienen la responsabilidad y la obligación de evitar riesgos para la población, lo que demanda recursos económicos para el mantenimiento. Las señales siempre estuvieron presentes y se decidió hacer caso omiso. Para 25 personas se convirtió en su destino final.
Millones de mexicanas y mexicanos, entre los cuales me incluyo, exigimos de las autoridades justicia sin sesgos, certeza y transparencia en las investigaciones para castigar y sancionar a los culpables. Ya sabemos lo que pasó, ahora necesitamos saber por qué, qué falló, quiénes son los responsables de la construcción, supervisión, mantenimiento u omisión en esta catástrofe. Este dolor se pudo haber evitado con un mínimo de responsabilidad.
La Línea Dorada, obra emblemática del grupo político que ha cambiado de nombres y de colores, pero en esencia son los mismos (aunque la "mona se vista de Morena... mona se queda"), tenía denuncia de 11 mil irregularidades antes de arrancar actividades. Inaugurada en 2012, costó 70% más de lo presupuestado (26 mil millones de pesos) y a pesar de registrarse 66 fallas en los trenes o las instalaciones (reportadas entre 30 de octubre y 23 de noviembre del mismo año), inició operaciones. En marzo del 2014 se informó sobre el desgaste prematuro en 12 de las 20 estaciones, motivo por el cual se tuvieron que cerrar algunas.
Desde 2017 y derivado del sismo del 19 de septiembre de ese año, los habitantes se cansaron de difundir los daños en distintas partes de la estructura y demandaron atención inmediata para reparar las grietas evidentes. Ninguna autoridad hizo caso. Muchos tendrán que rendir cuentas y asumir las consecuencias de sus omisiones. Se debe poner un alto a la línea dorada de la impunidad, de la negligencia y la corrupción, disfrazada de austeridad, que justifica ineficiencias e ineptitudes. Una vez más, la justicia selectiva se hará presente sobre los responsables, porque son parte del clan morenista de Palacio Nacional, que ahora pretende victimizarse de sus propias inacciones.
La línea dorada de la austeridad impidió los trabajos de reparación y mantenimiento de las estaciones, trenes, vías, la cual ha puesto en riesgo no solo a trabajadores de ese transporte público, sino a miles de usuarios, así como a las personas que transitan y/o viven por las áreas. A estos estragos, se suman otros dos que han marcado lo aberrante de la clase política de Morena: en marzo de 2020, el choque entre dos trenes en la estación Tacubaya, con saldo de un muerto y al menos 41 personas lesionadas, y el 9 de enero de 2020, un incendio del Puesto Central de Control, cuando falleció una persona y 30 más resultaron heridas.
De 2018 a la fecha, el presupuesto asignado al Metro sufrió reducciones significativas de 2,500 millones de pesos. Más aún, en el reporte de la Cuenta Pública 2020 de la Ciudad de México, se registró un subejercicio de más de 587 millones de pesos.
Y, por si fuera poco, hoy las víctimas y sus familias, además de lidiar con su dolor, tienen que pagar los servicios hospitalarios, lo cual no hubiera ocurrido con el Seguro Popular. Es mentira que se tiene un sistema de salud universal y gratuito.
Preocupa que el tema de la austeridad impacte en las obras del Aeropuerto de Santa Lucía, en el Tren Maya y en Dos Bocas. Los constructores responsables en gran parte son los mismos que participaron en la construcción de la Línea Dorada. A falta de una real rendición de cuentas, está la adjudicación directa que ha preferido este gobierno para favorecer a sus amigos.
Esta tragedia refleja la forma de gobernar de Morena, que en pocas palabras se resume a la exaltación de ineptitudes.
Por ello, es necesario recordar las palabras de Emiliano Zapata: “Muchos de ellos, por complacer a tiranos, por un puñado de monedas, o por cohecho o soborno están traicionando y derramando la sangre de sus hermanos”.
Diputada federal
