El análisis espacial de los delitos, es un elemento casi inherente al análisis de la incidencia delictiva y de la criminalidad. Sin embargo, estos tipos de análisis no deben de ser tomados a la ligera. En muchas ocasiones, el resultado de los estudios estará en función de la persona o institución que lo realice, las capacidades metodológicas con las que cuenten, así como, la finalidad u objetivo de dichos análisis.

Con el cambio de administración en la Ciudad de México, es inevitable que surjan diversas propuestas para medir analizar y combatir la incidencia delictiva. Una de las propuestas que irremediablemente surgen, es la elaboración de mapas que permitan dar cuenta de la espacialidad de la incidencia delictiva, mientras más actualizados y específicos sean estos mapas mejor. Esta propuesta surge de diversos frentes, como es posible apreciar con las propuestas elaboradas desde de la sociedad civil y los medios de comunicación (, ). Si bien dependencias como la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad México, los tienen y elaboran de forma periódica, aunque no los hagan públicos, su elaboración no debe de ser tomada a la ligera.

Supongamos, un escenario basado en una propuesta que ha sonado días recientes; la elaboración de un mapa georreferenciado de la incidencia delictiva actualizado en tiempo real. Sí, un mapa georreferenciado de la Ciudad de México con información otorgada por la Secretaría de Seguridad Pública y la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México que se vaya actualizando en tiempo real con información sobre la incidencia delictiva publicado en formato abierto y siendo libre de consulta.

Suponiendo que, sea posible la elaboración de dicho mapa, se enfrentarían a múltiples retos tecnológicos y presupuestarios y a una reforma en materia de registro de delitos que tendría que atravesar la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México.

Por otro lado, esto tendría múltiples consecuencias: en primera instancia el mapa estaría al acceso de todos, sí de todos, por lo que a la par que serviría a las autoridades y miembros de la sociedad civil, podría servir a otros para replantear la ubicación de actividades ilícitas; otra de las implicaciones, es la estigmatización, la publicación de esta información sin un respectivo análisis, permite la estigmatización de diversos zonas de la capital, afirmando así que “X” o “Y” colonia de la Ciudad de México se encuentra vinculada a “B” delito vulnerando así a los habitantes de estas zonas.

Estos son solo pequeños ejemplos de las implicaciones que podrían tener este tipo de ejercicios, sin una adecuada metodología y sin un adecuado análisis. Es por ello que, desde el Observatorio de la Ciudad de México, hacemos un exhorto a las autoridades y miembros de la sociedad civil a la generación de información responsable que permita un adecuado diagnóstico del fenómeno delictivo y que permita así la elaboración de políticas públicas basadas en evidencia.

Angel Serrano Gálvez

Observatorio de la Ciudad de México

@un_mexicano @OCMXSegura @ObsNalCiudadano

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