El Instituto Nacional de Estadística Geografía(INEGI) publica de forma periódica un conglomerado estadístico con información relativa a los homicidios, después de revisar los datos surgen diversos temas e interrogantes, destacando entre ellos dos que, requieren discusión y atención urgente. El primero y quizás el más obvio, es el tema de las armas de fuego. Durante los últimos 20 años este asunto se ha acrecentado, para el año 2017, 64% de los homicidios se cometieron utilizando armas de fuego y los datos sugieren que para el año 2018, el porcentaje de homicidios utilizando armas de fuego será mayor por ello la urgencia de tomar medidas que atiendan crisis de seguridad, que atraviesa Ciudad de México y en la cual las armas de fuego son protagonistas.

A pesar de lo tentadoras que pudieran parecer las medidas reactivas la nueva administración tendrá que asumir el reto y compromiso de diseñar y ejecutar políticas públicas integrales basadas en evidencias que atiendan este problema como es debido, para ello es necesario tomar medidas tales como: reforzar la seguridad en los puntos por los cuales ingresan las armas (aeropuertos y carreteras); fortalecer las estructuras policiacas y tomar medidas en lo que a posesión de armas por autoridades refiere ya que, cerca del 8% de las armas adquiridas por la policía han sido perdidas o extraviadas; generar condiciones que fortalezcan la percepción de seguridad de la población, particularmente de aquellos que ven en las armas de fuego una opción para sentirse más seguros; retomar las campañas de desarme voluntario que en su momento funcionaron en la ciudad, éstas y una decena de propuestas más son cuestiones que deben de ser consideradas dentro de un conjunto de acciones como parte de una necesaria estrategia para atender la crisis de las  armas de fuego en Ciudad de México.

El segundo tema que a mi parecer ha sido desplazado por la magnitud del problema de las armas en la ciudad, pero, que de igual suerte requiere atención urgente y especializada, son el resto de los homicidios que en Ciudad de México se encuentran concentrados en tres categorías: agresión por medios no especificados (17%); agresión con objeto cortante (12%); agresión por ahorcamiento; estrangulamiento y sofocación (4%). Si bien, tanto los homicidios cometidos con arma de fuego como los enlistados previamente conllevan una fuerte carga de violencia, estos tres tienen implicaciones mayores ya que, la lógica de violencia implícita tanto en las victimas como en los victimarios es distinta de aquellos cometidos con arma de fuego, estos provienen de perfiles mucho más violentos y poseen otro tipo de detonantes, producto de un tejido social que ha sido descuidado y que cada vez se encuentra mucho más frágil y justo ese es el problema: la violencia de este tipo de homicidios y el impacto que tienen es mucho mayor, no solo por la violencia implicada en su ejecución sino en el impacto que esto tiene para los familiares y el entorno social de la víctima desgastando el tejido social y generando condiciones idóneas que permiten que la violencia se siga replicando. Desde 1998 que fue adoptado el CIE 10 (Clasificación Internacional de Enfermedades) estas tres modalidades se han mantenido estables detrás de los homicidios con arma de fuego, evidenciando lo poco efectivos que han sido los esfuerzos por atender esta problemática.

Los homicidios violentos son un tema particular ya que requieren de políticas estructurales que desde las instituciones sociales más básicas como la escuela y la familia reconstruyan el tejido social, forjando valores tan básicos como el respeto y la tolerancia disipando así las condiciones de violencia que permiten la generación de espacios y situaciones donde este tipo de homicidios son posibles.

El problema es grave, sin embargo, el cambio de administración genera espacios para que políticas públicas integrales y basadas en evidencia puedan ser diseñadas e implementadas; resulta crucial que el gobierno que entra evite caer en la tentación de generar políticas públicas reactivas y que opten por generar junto con la sociedad civil propuestas que permitan atender de forma integral la crisis de violencia en Ciudad de México.

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Angel Serrano Galvez

Investigador

Observatorio Nacional Ciudadano

@un_mexicano @OCMXsegura @ObsNalCiudadano

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