Asistir a la escuela, algo que debiera ser tan común, se convierte es un reto para las niñas que viven en pobreza extrema y están pasando por su periodo menstrual.

Las jóvenes faltan a clases por miedo a ensuciar su ropa, ya sea porque su pobreza les impide comprar productos de higiene íntima, o bien porque en su escuela no hay un baño cerrado donde puedan asearse durante su menstruación.

Por ello, expertos de la ONU piden a los países acabar con los tabúes sobre salud menstrual para proteger a las mujeres.

En localidades de Chiapas y Oaxaca, así como en la Huasteca Potosina, es común que las personas carezcan de sanitarios, situación que hace más difícil la higiene menstrual en jovencitas.

Lorena Vázquez Ordaz, directora ejecutiva de The Hunger Project México , sostiene que en las comunidades rurales, el hecho de que las niñas vayan a la escuela ya es un gran avance.

“Pero una vez que logran ir a la escuela, no cuentan con una infraestructura básica de saneamiento. Tienen letrinas, que normalmente sólo son un hoyo”, lamenta.

Las niñas no sólo no van a la escuela por miedo a mancharse, menciona la especialista a propósito del Día Internacional de la Higiene Menstrual, sino por no contar con las instalaciones adecuadas que les permitan tener un espacio exclusivo para ellas y tener una adecuada higiene menstrual.

"Las dañinas normas socioculturales, los estigmas, las ideas equivocadas y los tabúes alrededor de la menstruación siguen provocando exclusión y discriminación en mujeres y niñas", advirtieron expertos con motivo del Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo.

The Hunger Project México

ha trabajado en Catishtic , una localidad de San Juan Chamula, Chiapas, para enseñar a las mujeres a construir baños con regadera y puerta para que puedan limpiarse.

Con este proyecto, las jóvenes aprendieron diferentes métodos de construcción y estilos de instalaciones sanitarias, a las que ellas podrían acceder.

Ellas diseñaron su propio baño, seguro y apto para atender sus necesidades.

Vázquez Ordaz señaló que las niñas entendieron que no tienen que depender de nadie más para resolver un problema tan vital, como la higiene íntima.

“En ese lugar y otros municipios hemos encontrado que se defeca al aire libre, a pesar de que los gobiernos estatal y federal les ha dado letrinas o baños”, expuso.

Al momento de hacer políticas públicas, quienes toman las decisiones, en su mayoría son hombres, advirtió, y no consideran estos temas.

Los especialistas de la ONU alertaron que las mujeres y niñas se encuentran a menudo con problemas relacionados con la falta de productos de higiene sanitaria o instalaciones apropiadas.

La ausencia de todos estos aspectos relacionados con la salud menstrual en los lugares de trabajo y en las escuelas tiene un gran impacto en la asistencia y, por lo tanto, también en sus perspectivas económicas y de progreso personal, lo que afecta a la igualdad de género.

Lorena Vázquez Ordaz, directora ejecutiva de The Hunger Project México, destacó además que en las visitas a comunidades marginadas han encontrado casos de jóvenes que fueron víctimas de abuso sexual durante el trayecto para ir al baño.

Como las letrinas están fuera de la casa, explicó, las adolescentes tienen que salir durante la noche y sufren ataques.

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