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Ataviada con su uniforme azul, Natalia Agusti, doctora de un hospital privado en la Ciudad de México, se prepara día con día para monitorear y atender pacientes con Covid-19 .
Víctima de esta enfermedad cuando México apenas atravesaba por la primera etapa de contingencia, la especialista se empoderó y motivó a querer ayudar aún más en la detección y tratamiento oportuno de esta enfermedad que ya cobró la vida de 970 personas y contagiado a más de 10 mil en todo el país, por esto es que ahora pasa 12 horas con equipo especial para atender a sus pacientes.
Guantes y cubrebocas es apenas lo básico con lo que Agusti trabaja. Después de colocarse el látex en las manos y la mascarilla N95 en el rostro, procede a colocarse una red para el cabello y sus goggles que le cubren los ojos y evitan que las partículas de coronavirus entren en contacto con su organismo una vez más.
Esto es apenas lo báscio, porque viene lo más complicado: procede a colocarse un traje blanco encima de su uniforme convencional, el cual le cubre de pies a cabeza.
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Una vez hecho lo anterior, la doctora se coloca otro recubrimiento corporal, ahora en color amarillo, al tiempo que opta por tomar un segundo y un tercer par de guantes y una careta de plástico que cubrirá, junto a todo lo antes mencionado, su cuerpo por el resto de la jornada.
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Durante su labor la doctora Natalia Agusti no podrá ingerir alimentos o ir al baño, sin contar, además, las marcas que estos insumos dejarán en su cuerpo por el tiempo que habrán pasado sobre su cuerpo mientras intenta ayudar a otras personas a superar el Covid-19 .