Austria se dispone a convertirse en el único país de Europa Occidental con un partido de extrema derecha en el gobierno, después de que el Partido Libertad (FPO) y los conservadores de Sebastian Kurz alcanzaron un acuerdo de coalición para compartir el poder de forma casi igualitaria.

En un temprano pronunciamiento político, Kurz, el futuro canciller, dijo que el nuevo gobierno no celebrará un referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea.

Kurz, de 31 años, y el líder del FPO, Heinz-Christian Strache, anunciaron su pacto la noche del viernes, entregando a la extrema derecha parte del poder por tercera vez en la república alpina, tras más de una década en la oposición.

El FPO tomará control de buena parte del aparato de seguridad en Austria, porque el acuerdo lo pone al frente de los ministerios de Interior, Exteriores, y Defensa, dijo un portavoz del Partido Popular (OVP) de Kurz. El OVP controlará la poderosa cartera de Finanzas, así como Justicia y Agricultura. “Nadie debe tener miedo”, señaló el ministro del Interior entrante y presidente del FPO, Herbert Kickl, quien comenzó su carrera como escritor de discursos del fallecido Joerg Haider, quien alabó las políticas laborales de Adolf Hitler y llevó al partido a su primer gran éxito electoral.

El líder del VPO ha dicho repetidas veces que su gobierno será proeuropeísta pese a su alianza con el FPO, que fue fundado por ex nazis e hizo campaña contra la entrada de Austria en la UE cuando se celebró un referendo en 1994. Hicieron campaña sobre la necesidad de mayores controles a la inmigración, la deportación rápida de las personas a las que se rechaza sus peticiones de asilo y la represión del radicalismo islámico.

Reunidos en Praga, dirigentes de partidos europeos de ultraderecha, entre ellos la francesa Marine Le Pen y el holandés Geert Wilders, celebraron “el acontecimiento histórico”. “Otros seguirán porque la resistencia de la UE se organiza en cierto número de países”, dijo Le Pen.

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