La prensa del corazón está más que contenta con Donald Trump . Mientras crecen las versiones de un aparente distanciamiento con su esposa, Melania , la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Nikki Haley, tuvo que salir a desmentir que tenga un romance con el presidente .

“Es completamente falso. Es muy ofensivo y desagradable” dijo Haley en entrevista con el portal Politico.

La culpa del nuevo escándalo la tiene Michael Wolff, el polémico autor del libro “Fire and Fury: Inside the Trump White House”, cuya publicación ha causado más de un dolor de cabeza a la administración Trump.

Una frase incluida en el libro, que es un bestseller, fue suficiente: “El presidente ha pasado una notable cantidad de su tiempo privado con Haley en el Air Force One y se le vio cortejándola para un futuro político nacional”. Luego, Wolff volvió a atizar el escándalo al señalar, en declaraciones al programa Real Time with Bill Maher, de HBO, que estaba “absolutamente seguro” de que Trump estaba teniendo un romance. “Ahora que lo he dicho, cuando lean el párrafo indicado, dirán: 'Bingo'”.

Haley subrayó a Politico que “literalmente he estado en el Air Force One una vez y había varias personas presentes cuando estuve allí”, en julio pasado, según indicó. “Nunca estoy sola” con el presidente, insistió. “Y ni una sola vez he hablado con el presidente sobre mi futuro”, añadió. Tampoco le extrañan, dijo, ese tipo de ataques. “En cada momento de mi vida, me he dado cuenta de que si dices lo que piensas y te sostienes y dices lo que crees, un pequeño porcentaje de personas lo resienten y la forma que tienen de lidiar con ello es lanzar flechas, sean mentiras o no”.

Para desgracia de Haley, el escándalo estalla al mismo tiempo que medios estadounidenses revelaban el presunto affaire de Trump con Stormy Daniels, una actriz porno, en 2006. El diario The Wall Street Journal incluso aseguró que el magnate pagó 130 mil dólares con tal de que ella no revelara el secreto, y que el dinero le habría sido entregado a ella en octubre de 2016, en plena campaña presidencial de Trump.

Que Melania no haya acompañado al mandatario en su viaje a Davos, como estaba previsto, y que ni siquiera lo haya esperado en la Casa Blanca a que regresara, sino que viajara a la residencia de Mar-a-Lago, en Florida, llevó a la prensa a cuestionarse: ¿Hay crisis matrimonial?

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