Washington.— El presidente estadounidense, Donald Trump, volvió a cargar ayer contra los medios de comunicación estadounidenses después de que más de 300 diarios publicaran editoriales de manera coordinada en los que denuncian los ataques y amenazas reiterados del mandatario.

En sus editoriales, periódicos de todo el territorio estadounidense defendieron la libertad de prensa y advirtieron del “peligro” que representa que el propio presidente del país ataque de manera repetida a la prensa.

Al respecto, Trump tuiteó que “no hay nada que [él] quisiera más” para Estados Unidos que “la verdadera LIBERTAD DE PRENSA”.

“El hecho es que la prensa es LIBRE para escribir y decir todo lo que quiera, pero gran parte de lo que dice son NOTICIAS FALSAS, impulsando una agenda política o simplemente tratando de dañar a la gente. LA HONESTIDAD GANA”, señaló en esa red social. Incluso aseguró que los “medios de Noticias Falsas son el Partido de Oposición. ¡PERO ESTAMOS GANANDO!”.

“Llamar a la prensa ‘el enemigo del pueblo’, igual que va contra los valores estadounidenses, es también un peligro para el tejido cívico que hemos compartido durante más de dos siglos”, indicó el editorial de The Boston Globe. Fue este diario el que impulsó la iniciativa bajo el hashtag #EnemyofNone (Enemigo de Ninguno) y a la que, calculó, se sumaron más de 350 medios noticiosos del país, incluyendo a The New York Times, que apeló a los ciudadanos al asegurar que la prensa “los necesita”.

Justo sobre el Boston Globe, Trump tuiteó que “está en COLUSIÓN con otros periódicos sobre la prensa libre. ¡DEMÚESTRENLO!”.

Luego, en una reunión de gabinete, el jefe de Estado se burló de los periodistas asistentes. “Si quieren, se pueden quedar. Si quieren, se pueden ir”, dijo. “Libertad de prensa”, añadió.

Al frente común se sumaron tanto diarios de gran tirada de ciudades grandes como periódicos locales, entre ellos cabeceras como The Houston Chronicle, el Minneapolis Star Tribune, Miami Herald y Denver Post.

El Miami Herald opinó que la antipatía contra Jim Acosta, de la cadena CNN, no se dirige sólo a la prensa que cubre la Casa Blanca, pues ahora en todas partes del país, cualquier asunto al que un funcionario no quiere referirse o del que un lector no quiere escuchar ahora es “noticia falsa”.

Del apoyo a la crítica. Medios afines al mandatario también manifestaron su descontento por el trato que la prensa recibe desde el Despacho Oval. Por ejemplo, el Topeka Capital-Journal, de Kansas, que respaldó a Trump en su editorial durante la campaña presidencial, cuando lo calificó como “la mejor decisión para liderar a EU en el futuro”. Sin embargo, en su editorial de ayer, el rotativo recordó que la expresión “enemigo del pueblo” ha sido usada antes por regímenes como la Unión Soviética contra los disidentes o la Alemania nazi contra los judíos.

Desde que se hiciera famoso en los reality shows, y ahora como mandatario, Trump ha mantenido una relación de codependencia con la prensa, a la que suele atacar, a veces con mensajes calculados y otras viscerales. Aunque intenta dosificar sus exabruptos, Trump a veces pierde el control y, cuando ve algo que le indigna en televisión, tuitea una avalancha de mensajes contra lo que considera fake news (noticias falsas)”.

Cada mañana, de 8 a 11, el magnate tiene reservado en su agenda un “tiempo ejecutivo”, que emplea en Twitter y en ver sus programas favoritos, como “Fox & Friends" de la conservadora cadena Fox y al que a veces llama por teléfono para dar su propia versión de los hechos.

Para los defensores de la libertad de prensa, la retórica de Trump contra los medios amenaza la Primera Enmienda de la Constitución de EU, que protege la libertad de prensa. Algunos creen que sus comentarios desencadenaron amenazas contra periodistas que cubrían sus eventos y podrían crear un clima de hostilidad que abrió la puerta a ataques violentos como el que se produjo contra el Capital Gazette en Annapolis, Maryland, a fines de junio, en el cual cinco personas fueron asesinadas por un pistolero que tenía una relación conflictiva con el periódico.

Llamadas amenazantes. El Boston Globe recibió ayer llamadas amenazantes que fueron tomadas en serio por las autoridades. Un inquilino del edificio donde tiene su sede el periódico fue quien recibió “varias amenazas a través de una llamada telefónica”. Las autoridades federales y locales recomendaron algunas medidas, incluyendo intensificar la presencial policial en el lugar.

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