En una carrera con final de fotografía y pronóstico reservado, Costa Rica acudirá mañana a las urnas para escoger un presidente, dos vicepresidentes y 57 legisladores en una jornada que, a diferencia de las trifulcas en los comicios de Honduras, Nicaragua y Venezuela en 2017, tiene la transparencia garantizada en un país que en 70 años consolidó la mayor estabilidad política y la más antigua democracia de América Latina y el Caribe y un aparato electoral limpio.

Sin un claro favorito entre los 13 aspirantes a la presidencia, la batalla en el cierre de la contienda se concentra en cinco, pero con una expectativa real: aunque mañana se escogerán a los 57 miembros de la Asamblea Legislativa (Congreso unicameral), parece seguro que los costarricenses deberán acudir a segunda vuelta el primero de abril próximo para definir a la papeleta presidencial y vicepresidencial vencedora.

En la segunda sólo competirán los dos que mañana obtengan más votos. Para ganar en la primera se requiere superar 40% de los votos válidos.

Establecido en 1949, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) es el garante de la limpieza de la consulta como factor independiente, apolítico y apartidista, lo que contrasta con las recientes crisis por los comicios presidenciales en Honduras (noviembre), municipales en Nicaragua (noviembre) y de gobernadores y municipales en Venezuela (octubre y diciembre).

Los temas clave. Para el politólogo costarricense Claudio Alpízar, director del (no estatal) ENCO Comunicación y Asesoría Política, de esta capital, el próximo mandatario deberá centrar su gestión en cinco temas: seguridad, déficit fiscal, infraestructura, pobreza y empleo.

En el abanico de candidatos —12 opositores y un oficialista— aparecen un pastor evangélico, un abogado populista, un libertario, un centro izquierdista progubernamental, un socialcristiano, dos comunistas, un socialdemócrata, dos cristianos (un hombre y una mujer), un joven del centro político y un invidente. Cada uno lleva dos vicepresidentes.

Sin descartar sorpresas, los favoritos para pasar a segunda ronda son los opositores Antonio Álvarez, del Partido Liberación Nacional (socialdemócrata), Fabricio Alvarado, del Partido Restauración Nacional (pastor evangélico), Rodolfo Piza, del Partido Unidad Socialcristiana, Juan Diego Castro, del Partido Integración Nacional (abogado populista), y el oficialista Carlos Alvarado, del gobernante Partido Acción Ciudadana (centro-izquierda).

La fórmula vencedora asumirá el 8 de mayo entrante y gobernará por cuatro años, en una nación pacifista que abolió el ejército en 1948 y la pena de muerte en 1871, promulgó la seguridad social en 1943 y proclamó la educación primaria gratuita y obligatoria en 1869 y la secundaria en 1949. Con un analfabetismo de 2.4% en una población de 4.9 millones de habitantes y una esperanza de vida de 80 años, 20% sufre diversos rangos de pobreza.

Tras una guerra civil de dos meses en 1948 que modificó la estructura institucional, la alternancia pacífica del poder está garantizada y, en otra distancia con la casi totalidad del vecindario latinoamericano y caribeño, la última amenaza de golpe de Estado ocurrió en 1949 y la dictadura —de derecha o de izquierda— es palabra desterrada del menú político nacional.

Con la sombra del abstencionismo, que osciló entre 30% y casi 35% en 1998, 2002, 2006, 2010 y 2014, un total de 3 millones 322 mil 329 electores podrán sufragar mañana en 6 mil 612 mesas en 2 mil centros de votación. Hay 70 mesas de votación en 42 países para los costarricenses que viven en el extranjero. Las votaciones serán de las 06:00 horas locales (mismo tiempo del centro de México) a las 18:00. El TSE anunció que dará los primeros a partir de las 20:00 horas.

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