Organizaciones proinmigrantes entregaron ayer más de un millón de firmas a congresistas de Estados Unidos para pedir que aprueben, lo antes posible, una ley que proteja de la deportación a los jóvenes indocumentados, los denominados dreamers o soñadores.

La semana pasada el gobierno de Donald Trump anunció su intención de finiquitar el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), tabla de salvación contra la extradición de los dreamers y dio al Congreso seis meses para lograr una legislación que termine con el limbo legal en el que viven los jóvenes.

La entrega del más de un millón de firmas a varios senadores, entre ellos los republicanos Dean Heller, Susan Collins, Orrin Hatch —todos favorables a defender a los soñadores—, quiso ser otra prueba del apoyo popular ante la necesidad de una Dream Act, una ley que los proteja de forma definitiva.

La principal demanda de los activistas es que el Congreso apruebe una ley de protección a los dreamers que no sea apéndice de ningún otro proyecto ni ficha de cambio partidista; una ley “limpia” que de una vez sea “una protección permanente para jóvenes inmigrantes, que les permita vivir sin miedo de ser deportados”.

El Congreso lleva más de 16 años incapaz de aprobar una ley sobre el tema, “pero ahora somos más fuertes, más grandes, tenemos más amigos, más gente que nos conoce, y la opinión pública está con nosotros”, declaró Greisa Martínez, de la asociación United We Dream.

“No vamos a permitir que Donald Trump use nuestras vidas y nuestro futuro en este país como moneda de cambio para su muro fronterizo, para más agentes migratorios o más celdas de detención”, advirtió por su parte Juan Escalante, dreamer de la asociación America’s Voices.

En ese sentido, parece que el presidente de EU ha desistido a usar la protección de los jóvenes indocumentados en su favor para conseguir los fondos para la barrera en la frontera con México, dinero que se le resiste y no consigue para una de sus grandes promesas electorales.

“[Que los fondos para el muro] sean o no parte de la ecuación de DACA u otro vehículo legislativo… no quiero atarnos a una idea que haría imposible una conclusión sobre DACA”, dijo ayer el director de asuntos legislativos de la Casa Blanca, Marc Short.

Eso no significa, sin embargo, que Trump desista de encontrar los fondos para la valla, o que el tema de la seguridad fronteriza carezca de importancia para el presidente. “Está comprometido con que es necesaria una estructura física… ya sea parte del paquete de DACA o de otro, algo que no prejuzgaré hoy, él está comprometido a construir el muro”, indicó el funcionario.

“Queremos una reforma migratoria responsable y el presidente está muy comprometido en el muro. Nada ha cambiado”, añadió la portavoz presidencial, Sarah Huckabee Sanders.

En tanto, California anunció que destinará 30 millones de dólares para ayudas a los dreamers del estado, 20 millones de los cuales servirán para pagar costes legales de inmigración. Se calcula que un cuarto de todos los soñadores de EU, más de 220 mil jóvenes, residen en ese estado.

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