Washington.— La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó ayer por primera vez una resolución contra Venezuela, en la que, además de no reconocer la legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro ni las elecciones celebradas en ese país el 20 de mayo, inicia el proceso de expulsión del país del organismo.

Los proponentes del documento, un grupo de 10 países liderados por México, consiguieron algo a lo que se resistía la organización, y que había sido núcleo del fracaso de la anterior Asamblea General, celebrada el año pasado en Cancún.

En total, 19 países votaron a favor de la resolución: el grupo de Lima, que incluye a 14 países que incluyen a México, junto con Estados Unidos y cuatro naciones caribeñas (Bahamas, Barbados, Jamaica y República Dominicana). En contra sólo votaron Bolivia, Dominica, San Vicente y las Granadinas y Venezuela. El resto se abstuvo.

Venezuela fue el centro de toda discusión. Con la presión contra Caracas en su nivel máximo, finalmente la OEA consiguió la mayoría de votos favorables a la condena a la situación que se viven allí. “Es un país en caída libre”, sentenció el secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien desde hace dos años lidera la oposición al régimen de Maduro.

“Hemos dado un paso para el restablecimiento de la democracia [en Venezuela]”, sentenció. “Es un buen día para la OEA”, resumió el embajador de EU ante el organismo, Carlos Trujillo. Para algunos, la acción de ayer fue la actuación más contundente contra Venezuela.

Para los opositores a la medida, la resolución aprobada es “una invitación directa y la autorización a una invasión externa, incluida la militar”. El canciller venezolano, Jorge Arreaza, insistió en el rechazo del “intervencionismo continuado y la desestabilización golpista” contra su país.

“[La resolución] ha sido un fraude en forma y fondo”, denunció el venezolano, criticando que su país fuera el centro de la asamblea y recordando que su país ya ha iniciado los trámites para abandonar la organización. Para Almagro, sin embargo, la “ilegitimidad” del régimen de Maduro hace que su gobierno no pueda abandonar de motu propio a la OEA.

El proceso que ha detonado el documento aprobado no tiene plazos establecidos, pero consiste en la realización de una asamblea general extraordinaria que oficializará la expulsión del país de la organización. Para ello se necesitan 24 votos a favor, un nivel de apoyo que todavía no existe en el seno del organismo

Por el momento, sin embargo, se insta a Venezuela a permitir el ingreso de ayuda humanitaria y restaurar la institucionalidad democrática y la paz social. En Caracas, la oposición festejó la resolución que, dijo, rechaza “la farsa electoral del 20 de mayo” en la que Maduro fue reelecto.

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