" Mati ya no existe" : silencio desolador, carrocerías de autos y animales calcinados, la pequeña ciudad costera ubicada al este de Atenas ha quedado reducida a cenizas, tras un incendio en el que murieron al menos 74 personas en la zona, 27 de las cuales en un mismo terreno.

En un primer balance se mencionaron 60 muertos, pero la portavoz de los bomberos, Stavroula Maliri, comunicó la nueva cifra, que puede aumentar puesto que se siguen buscando víctimas.

Los cuerpos calcinados de estas últimas víctimas han sido encontrados "en grupos de 4 o 5 personas, puede que se trate de familias, amigos o desconocidos que se juntaron en un último intento de protegerse , en tanto intentaban llegar al mar, a 30 o 40 metros de allí", dice Vassilis Andriopoulos, uno de los socorristas de la Cruz Roja que descubrió el horrible espectáculo este martes de mañana.

Deplora la presencia de "niños pequeños" en este grupo.

Huyendo de las llamas, parecen haber quedado atrapados entre el fuego y un acantilado que desciende hacia el mar desde unos 30 metros de altura.

Una jovencita que había intentado saltar un poco más hacia adelante también murió, señala un vecino.

Mati, la desolación de una ciudad "que ya no existe"
Mati, la desolación de una ciudad "que ya no existe"

Foto AFP

En la noche, un fotógrafo de la AFP también encontró no lejos de allí los cadáveres de cuatro personas que, sin lugar a dudas intentaban huir, tres a bordo de un auto y una cuarta en una moto.

En la calle principal todo está negro, en particular los grandes pinos que rodean las casas. El mar está gris, el olor a quemado es omnipresente.

Los Canadairs (aviones contra incendios) surcan el cielo de manera intermitente, decenas de autos calcinados cubren las calzadas. Se ven cadáveres de perros.

Stella Petridi, una jubilada de 65 años, tenía seis. Se encontraba en la iglesia cuando, al sentir el fuego acercarse, se precipitó hacia su casa, donde estaban encerrados. Pero, no logró abrir la puerta de su hogar que ya se estaba incendiando.

No tuvo otra opción que correr hacia la playa, donde una lancha patrullera la evacuó junto a otras personas, hacia las 04H00 de la madrugada, depositándolas en la cercana ciudad portuaria de Rafina, cuyo alcalde, Evangelos Bournous, afirmó que "Mati no existe más".

Athanasia Oktapodi, de 60 años, con el rostro tiznado y los ojos enrojecidos, testimonia la rapidez de propagación de las llamas, calificada como "fulminante" por los propios bomberos.

"Vi descender el fuego desde la colina hacia las 18:00, en cinco o diez minutos ya estaba en mi jardín". Como la mayoría de las casas de Mati, la suya estaba rodeada de pinos.

Mati, la desolación de una ciudad "que ya no existe"
Mati, la desolación de una ciudad "que ya no existe"

Foto AFP

"Tomaron fuego. Yo salí corriendo como loca hacia la playa y me metí en el agua. Luego llegaron las patrulleras", comentó.

De esta manera, la mayoría de los sobrevivientes quedaron impotentes y aterrados en el mar, observando las llamas durante horas. Algunos se ahogaron.

Lela Demertzi, de 53 años, llevó sobre su hombros a su madre enferma hasta la playa. "Mi marido se quedó, hizo todo para salvar nuestra vivienda secundaria, y lo logró", se congratula.

Sin embargo, el primer ministro Alexis Tsipras instó a los habitantes a abandonar sus bienes para proteger su vidas.

Además de los pinos, particularmente combustibles, varios vecinos señalan haber escuchado numerosas explosiones debido a bombonas de gas, muy comunes en las residencias de verano.

Alina Marzin y su familia, turistas alemanes de Wuppertal hospedados en el hotel Cabo Verde, a orillas del mar, lograron salvar sus vidas . Pero, anularon una estadía en la isla de Naxos, prefiriendo regresar a casa. "Unas vacaciones horribles", suspira la madre.

Este martes de tarde, algunos habitantes continuaban buscando a sus parientes. Fueron destacados equipos de psicólogos al lugar para brindarles apoyo.

Los voluntarios de la Cruz Roja distribuyen botellas de agua, medicamentos y sándwiches a los damnificados.

Al mismo tiempo, en la pequeña ciudad vecina de Kokkino Limanaki, que ofrece el mismo lúgubre espectáculo que Mati, una periodista de la AFP pudo ver a los socorristas sacar de un auto el cadáver de una anciana.

"Su hijo salió de la casa para ponerla a salvo en el vehículo", comenta un vecino, Anastasios Probonas, ingeniero de 60 años. "Pero él ya tenía quemaduras, por lo que le dije de partir rápido con sus dos hijos, lo que hizo en moto", dejando a su madre atrás.

Mati, la desolación de una ciudad "que ya no existe"
Mati, la desolación de una ciudad "que ya no existe"

Foto: EFE

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