Una polémica operación de 3 mil 200 militares y un número indeterminado de policías en la violenta zona oeste de Río de Janeiro permitió ayer detener al presunto asesino de un sargento y decomisar “una gran cantidad de drogas”. El presidente Michel Temer dijo que si la intervención no resulta, mostrará que falló el gobierno.

En la operación de ayer, la más importante por el número de efectivos movilizados, participó también la policía y se desarrolló en tres favelas de la zona oeste Vila Aliança, Coreia y Vila Kennedy, donde en días pasados fue asesinado el sargento Bruno Albuquerque Cazuca. La Unidad de Policía Pacificadora (UPP) informó ayer por la tarde que un sospechoso de esta muerte fue capturado.

Una nueva polémica surgió en torno a la intervención, después que la Defensoría Pública de Río denunciara que los militares estaban fotografiando a habitantes de las favelas para comprobar si tenían antecedentes.

“La ley establece que ningún ciudadano sea sometido a identificación criminal si tuviese la debida documentación civil. Se trata, por lo tanto, de una grave violación del derecho a la intimidad y de la libertad de desplazamiento”, apuntó la Defensoría Pública de Río en un comunicado.

La Secretaría de Seguridad de Río (Seseg) indicó que a lo largo del día fueron detenidas otras 27 personas y que se había decomisado “dos pistolas, cargadores de armas, municiones, 12 vehículos, 13 motos, ocho radiotransmisores y gran cantidad de drogas”.

El presidente Temer dio una entrevista ayer a Radio Bandeirantes, en la que manifestó: “Si la intervención en Río de Janeiro no resulta, entonces no resultó el gobierno”. Añadió que “éste es un juego de alto riesgo, pero un juego necesario. Y no voy a quedarme sólo en la intervención: voy a anunciar el Ministerio Extraordinario de Seguridad Pública”.

La presentación de la nueva cartera será el próximo lunes, por lo que hay incertidumbre, ya que el presidente no ha concretado aún el alcance de la intervención en Río ni los límites de actuación del ejército, comandado por el general Walter Souza Braga Netto.

El ministro de Defensa, Raul Jungmann, afirmó que los militares podrían proceder en la búsqueda de criminales, a allanamientos por zona, pero tuvo que moderar sus propósitos tras las críticas procedentes de medios judiciales y de defensores de los derechos humanos.

En los últimos días se han multiplicado las voces que denuncian un trasfondo político en la decisión y las versiones sobre la posibilidad de que Temer ceda a la tentación de presentar su candidatura electoral, pese a que no logra remontar 6% de popularidad en las encuestas. Analistas hablaron de un “golpe de efecto”, que permite a Temer mostrar mano dura contra la violencia. Sin embargo, el mandatario quiso zanjar la polémica rotundamente: “No soy ni seré candidato”.

Google News

Más Información

Noticias según tus intereses