Nueva Delhi.— India aprobó ayer la promulgación de una ordenanza que establece condenas severas para los culpables de violación a niñas, como cadena perpetua para aquellos que abusen sexualmente de menores de 16 años y la pena de muerte si la víctima tiene menos de 12 años, tras la reciente violación en grupo y el asesinato de una niña de ocho años, un caso que conmocionó al país.

Las enmiendas a la ordenanza de la Ley Penal, aprobadas ayer por el Gabinete de la Unión, entrarán en vigor en uno o dos días, una vez que los cambios sean aprobados por el presidente Ram Nath Kovind, confirmó un alto funcionario del gobierno.

Miles de indios se manifestaron en los últimos días por todo el país después de que una niña de una tribu musulmana nómada fuera secuestrada durante cinco días, violada y asesinada por ocho hombres en el estado de Jammu y Cachemira.

Según la policía, el crimen buscaba aterrorizar a la comunidad de pastores musulmanes de los bakarwals para forzarlos a irse de la zona, de mayoría hindú.

En la actualidad, en virtud de la Ley POCSO, la pena máxima por agresión sexual agravada contra menores de 18 años es la cadena perpetua. El Código Penal, sin embargo, establece la pena de muerte para la violación en grupo. La ley india también contempla la pena de muerte para los asesinatos más atroces y pata los actos terroristas, aunque las ejecuciones son poco frecuentes.

Otras disposiciones incluidas en la ordenanza aprobada ayer son el desarrollo rápido de la investigación y el juicio de los casos de violación, que no se extiendan más allá de cuatro meses; y la eliminación del pago de una fianza anticipada si la víctima es menor de edad.

La ordenanza también exige que la Oficina Nacional de Registros del Crimen mantenga una base de datos nacional y un perfil de los delincuentes sexuales que se compartirán con todos los estados de India para rastrear, supervisar e investigar, incluida la verificación de antecedentes penales. Asimismo, se implementarán una serie de medidas como nuevos tribunales de vía rápida para juzgar este tipo de casos.

En referencia a los casos de violación de Kathua y Unnao (donde un legislador fue acusado de violar a una menor en 2017), el primer ministro indio Narendra Modi dijo la semana pasada que tales incidentes “sacuden nuestra sensibilidad” y advirtió que ningún criminal se salvará de la ley. “Nuestras hijas obtendrán justicia”, aseveró.

Recientemente, el gobierno del estado de Rajasthan aprobó un proyecto de ley que busca la pena de muerte para los condenados por violar a menores de 12 años, mientras que otros dos estados también dieron el visto bueno para una propuesta similar.

India ya había endurecido las leyes para las agresiones sexuales en 2013, tras una violación en grupo en Nueva Delhi. Pero la violencia sexual, incluso contra menores, es habituales en India, con 11 mil casos de violaciones de niños registrados en 2015.

El caso de la niña violada en Jammu ilustró además las enormes tensiones comunitarias existentes en India. Para muchos habitantes del lugar, los ocho hombres acusados por la violación son víctimas de una gran “conspiración” para denigrar a los hindúes.

El contexto es tan explosivo que la Corte Suprema de India ordenó a la familia de la víctima y a su abogada que fueran colocadas bajo protección policial.

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