Un año más, la propuesta de presupuesto de la Casa Blanca volvió a golpear a México. Primero en el bolsillo, recortando de nuevo la ayuda para proyectos de desarrollo y lucha contra el narcotráfico. Segundo, en la inmigración, insistiendo en la construcción del muro en la frontera e incrementando los fondos para la contratación de agentes de migración.

Según el plan marco de presupuesto para el año fiscal 2019 —que empieza en octubre de 2018—, México vería reducida la aportación que el Departamento de Estado le otorga en programas de control del narcotráfico y fondos para el desarrollo y fortalecimiento institucional.

En cuanto a la lucha contra el narco, la reducción es de 4 millones de dólares, con 56 millones para 2019, pero al abrir la lente, la ayuda ha descendido 37.7% con respecto a 2017.

Sin embargo, la producción y tráfico de heroína mexicana es una de las prioridades del programa de control de narcóticos internacionales de EU, que combatirá la expansión de proyectos biométricos para posibilitar el intercambio de información y mejora de capacidad de detectar y atacar la “crisis de heroína y fentanilo”, así como la “oleada de ingresos ilícitos que fondean organizaciones criminales transnacionales”.

En cuanto a la ayuda para la mejora de la gobernanza y la reducción de la “impunidad y la corrupción” con el fortalecimiento de las instituciones nacionales, la protección de derechos humanos y la reforma del sistema judicial, el monto desciende dramáticamente 19%, con 20.3 millones propuestos para 2019. Lo que no se mueve es el financiamiento de ayuda al Ejército Mexicano, que queda en 1.5 millones de dólares.

En cuanto al muro y el combate a la inmigración ilegal, Trump insiste en sus políticas. En 2019, la petición es de mil 600 millones de dólares para la construcción de 104 kilómetros en el sur de Texas, en una zona del valle del río Bravo.

Es justo la misma cantidad que pidieron para este año, aunque iba a destinarse para 74 millas (119 km) en tres sectores de la frontera. Hasta ahora todavía no se han asignado fondos para ninguno de esos proyectos, a pesar de que el viernes pasado se abrió una prelicitación de construcción de muro en el valle del río Bravo, cerca de Álamo (Texas).

La intención del Departamento de Seguridad Nacional es gastar 18 mil millones en la construcción del muro, una cifra que difiere de los 25 mil millones que pide Trump. Con la actual negociación de reforma migratoria y del programa DACA, el gobierno espera que, ahora sí, se les dé dinero para la valla fronteriza.

La administración Trump, en su argumento de repartición de fondos, volvió a disparar la asignación de dinero al Pentágono y a la seguridad nacional, en detrimento de los programas de servicios sociales.

En seguridad interior, destaca la petición de fondos para la protección de la frontera con la contratación de 2 mil nuevos agentes migratorios, 750 patrulleros de frontera, 75 jueces de migración y 338 fiscales para acelerar los procesos de deportación.

Un gran déficit. La propuesta de presupuesto presentada por Trump para el año fiscal 2019 es de 4.4 billones de dólares y augura una era de colosales déficits y, a diferencia del que entregó el año pasado, no menciona la necesidad de saldar las cuentas del Estado.

Los enormes déficits se deben, en parte, a la profunda reforma del sistema de impuestos aprobada el año pasado, que reduce drásticamente los ingresos federales.

También incluye un multimillonario plan para modernizar la infraestructura. La iniciativa cuenta con 200 mil millones de dólares en fondos federales y la Casa Blanca espera inversiones por 1.3 billones aportadas por los estados y el sector privado.

La propuesta deberá ser aprobada por el Congreso, donde no lo tendrá fácil por el incremento de la deuda.

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