Washington.— El Partido Demócrata tendrá un control absoluto de todos los órganos de gobierno de Estados Unidos tras la confirmación del triunfo indiscutible en las dos carreras para vacantes en el Senado en Georgia. Raphael Warnock y Jon Ossoff consiguieron lo que hacía dos décadas que no se lograba, colocar senadores demócratas por ese estado sureño en Wa- shington, un éxito que llega con el premio extraordinario de tener la mayoría en la Cámara Alta y, con ello, facilitar mucho los primeros dos años de mandato de Joe Biden.

Con las victorias de ambos, el equilibrio de fuerzas queda 50-50 para cada partido, pero en caso de empate el voto de calidad lo tendría la futura vicepresidenta Kamala Harris, con lo que los demócratas tienen vía libre para liderar los designios del país. Al menos en todas aquellas votaciones, como las nominaciones judiciales y al gabinete y asuntos presupuestarios, que por normativa se deciden por mayoría simple (el resto de leyes requieren 60 votos afirmativos).

Warnock, que se convertirá en el undécimo senador afroamericano en la historia de Estados Unidos, consolidó su triunfo la madrugada del miércoles; Ossoff, por su parte, tuvo que esperar a ayer por la tarde, mientras el país estaba en llamas por el asalto al Capitolio. Además lo hicieron por un margen superior al previsto, evitando recuentos automáticos y dejando vía libre a que lleguen al Senado lo antes posible.

Incluso Trump pareció aceptar el resultado, al urgir a sus seguidores a que defendieran la Casa Blanca y su presidencia porque era más importante que nunca, dando a entender que daba por perdido el Legislativo.

La victoria de ambos consolida el viraje hacia el progresismo de este tradicional bastión republicano, asesta un revés definitivo al trumpismo en Washington y reafirma la figura de la activista Stacey Abrams, figura fundamental para entender la movilización demócrata en Georgia.

Especialmente entre votantes afroamericanos y otras minorías, quienes junto a los votantes jóvenes se han consolidado como la columna vertebral en la que reposa el triunfo del partido de Biden.

“Abróchense los cinturones”, exclamaba lleno de júbilo Chuck Schumer, el líder demócrata en el Senado, que a partir de ahora tomará las riendas de la Cámara Alta. La idea de los demócratas es aprovechar su mayoría en todo el Congreso para acelerar los cambios profundos que necesita el país, empezando por ampliar los cheques de estímulo, una “prioridad” para Schumer.

El triunfo en Georgia también garantiza que los elegidos por Biden para formar parte de su gabinete tendrán unas sesiones de confirmación plácidas.

En ese sentido, ayer se filtró que Merrick Garland, el magistrado que otrora fuera elegido por Barack Obama para ocupar un asiento en el Supremo antes de ser bloqueado durante casi 300 días por los republicanos en una maniobra electoralista sin precedentes, será el futuro fiscal general del país.

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