El senador republicano por Utah, Orrin Hatch, anunció ayer que se retirará de la vida política este año al término del periodo legislativo, dejando vacante una curul que ha ocupado durante cuatro décadas.

“Un buen peleador sabe cuándo colgar los guantes, y para mí, ese tiempo se está acercando pronto. Es por eso que después de muchas oraciones y discusiones con familia y amigos, he decidido retirarme al final de este término [legislativo]”, señaló el político de 83 años de edad, el decano de los republicanos en el Senado estadounidense.

Cuestionada al respecto, la vocera presidencial Sarah Sanders dijo que Trump estaba agradecido por el liderazgo de Hatch para aprobar la reforma y los recortes de impuestos, que le resultaba “triste ver que el senador Hatch se va” y se negó a pronunciarse sobre a quién podría apoyar en la carrera para sucederlo.

El sorpresivo anuncio este martes, avivó las especulaciones de que el ex gobernador y ex candidato presidencial republicano, Mitt Romney, podría contener por ese escaño, apostando al enorme apoyo electoral de que goza en Utah, estado dominado por los republicanos.

A diferencia de Hatch, Romney ha sido uno de los más duros críticos de Trump en las filas republicanas. Tras la victoria del magnate se especuló con que podría llamar a su ex contrincante para que se convirtiera en secretario de Estado, pero eso nunca se concretó.

A principios de diciembre, el presidente había alentado a Hatch a no renunciar precisamente para no despejar el camino al Senado a Romney, quien se ha consolidado como el líder de la coalición antiTrump dentro del Partido Republicano después de que en 2016 dijera que el actual presidente era “un fraude”.

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