Aunque en 2020 visitó la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, este martes fue el regreso de Andrés Manuel López Obrador a lo que fue su antigua oficina.

Pasaron 16 años desde que dejó la administración capitalina en 2005 para volver a encabezar otra conferencia mañanera en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.

Los tiempos cambian y ahora el tabasqueño es el Presidente, escoltado por tres posibles aspirantes y que podrían sucederlo: la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum; el canciller Marcelo Ebrard, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.

El Titular del Ejecutivo salió de Palacio Nacional a bordo de su tradicional Jetta blanco. Rodeó la plancha del Zócalo para llegar a lo que fue su antiguo despacho.

Sin embargo, ahora los reflectores apuntaron a Claudia Sheinbaum por el “apapacho” que le dio el Mandatario a la jefa de Gobierno capitalino.

Al arribar al Antiguo Palacio del Ayuntamiento, López Obrador miraba hacia arriba y contemplaba toda la escenografía y decía: “¡Bellísimo!”. “Es una joya... los viejos tiempos”, añadió cuando una reportera le recordó las conferencias que daba cuando gobernaba la Ciudad.

Al mismo tiempo, Claudia Sheinbaum entró junto con el Presidente de México al lugar con una sonrisa mientras saludaba a las cámaras que la seguían a cada momento.

La también presidenciable se sentó muy cerca de López Obrador, con su abrigo color rojo que resaltaba entre todos los asistentes y le dijo: “Bienvenido, señor Presidente, esta es su casa”.

El canciller Marcelo Ebrard, quien está interesado en participar en el proceso interno de Morena para ser candidato a la Presidencia en 2024, se sentó detrás de Sheinbaum como si fuera su sombra, pues en esta ocasión la mandataria local fue la primera en tener la palabra y ser la más elogiada.

Luego del discurso de Claudia Sheinbaum sobre la reducción de 41% en los delitos de alto impacto durante los tres años de su mandato vinieron los elogios, reconocimientos y “apapachos” por parte del presidente López Obrador, pero también los brazos cruzados y miradas al piso por parte de Marcelo Ebrard, que no es menor, pues tras varios minutos y antes de terminar la mañanera, se retiró sin “despedirse”.

Mientras tanto, la sonrisa de Claudia Sheinbaum no se detenía, miraba fijamente al Presidente en cada momento, cada cosa que él decía ella lo afirmaba con la cabeza, pero nunca contradecía al que también fue su jefe cuando fue secretaria de Medio Ambiente en la capital.

“La estrategia que están aplicando en la Ciudad está dando resultados. Imagínense que la jefa de Gobierno está aquí todos los días en la mañana y ella encabeza las reuniones de seguridad con todos los funcionarios del gobierno de la Ciudad, eso ayuda mucho”, comentó López Obrador momentos después de que se retirara Ebrard.

En tanto, la mandataria local conversaba en voz baja y amena con el secretario Adán Augusto López, quien se ha considerado como presidenciable, y Rosa Icela Rodríguez, quien fue su secretaria de Gobierno hasta que López Obrador la llamó a su equipo, primero como coordinadora de Puertos y actualmente como titular de Seguridad.

El Ejecutivo recordó el paso en la Jefatura de Gobierno de Alejandro Encinas, quien estuvo momentos antes de la conferencia; la gestión de Marcelo Ebrard y por último, la de Claudia Sheinbaum, esta última se tomó más de 10 minutos para elogiar su gestión y su desempeño de la autollamada Cuarta Transformación.

La mañanera terminó. El frío calaba. El presidente de la República dejó el atril, alzó el brazo izquierdo para despedirse de los medios, dio algunos pasos y esperó a Claudia Sheinbaum. Se dieron un abrazo. López Obrador dejó su brazo derecho sobre el hombro izquierdo de la mandataria capitalina.

Bajaron las escaleras y se perdieron entre la gente. Fue un día de recuerdos. De respaldos. De elogios. Y de que 2024 y la sucesión presidencial están cada vez más cerca.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses