Naucalpan

.- “He rascado la tierra con mis manos, con palas y pagando un trascabo, además de que hemos recorrido el tiro gritando su nombre, porque lo tengo que encontrar” , afirmó Alejandra Contreras, quien lleva 17 días buscando a su marido, José Dolores Huerta Vargas, que quedó bajo toneladas de cascajo en el tiro de “El Castillo”, en el kilómetro nueve de la carretera Naucalpan-Toluca .

El 28 de enero, Lolo, como conocen a José Dolores , avisó a su esposa que iría al tiradero de cascajo a recolectar metales para completar para el gasto. “Fue la última vez que supe de él” , dijo la mujer, quien señaló que ese lunes su marido no volvió a casa y que desde ese momento comenzó su “peor pesadilla” .

“Pregunté a sus hermanas, a vecinos y compañeros de trabajo si lo habían visto y nadie, por eso fui al Ministerio Público, donde me dijeron que primero tenía que buscarlo en hospitales; fui a la Cruz Roja, al de la vías, al Servicio Médico Forense, donde tienen como 350 cadáveres, y nada”, relató la madre de dos jovencitas de 16 y 13 años de edad, así como de un niño de tres años.

Por eso regresó al tiro de cascajo de La Palma , en El Castillo, donde todos los días llegan decenas de camiones cargados de cascajo, procedentes de la Ciudad de México, especialmente de los nuevos desarrollos inmobiliarios, como los de Polanco.

Ahí un compañero de trabajo de Lolo dijo haberlo visto y añadió que incluso le prestó un marro minutos antes de las 16:00 horas del día 28 de enero, cuando se registró un deslave en el tiro . Sin embargo, el compañero de trabajo fue amagado por propietarios para que no dijese nada o lo expulsarían del sitio, donde acude a “chatarrear”.

“Por ese silencio perdí varios días buscándolo en hospitales y en el Semefo ”, lamentó Alejandra, acompañada de sus hijas y de su bebé.

Personal de Protección Civil, bomberos y trabajadores de Servicios Públicos de Naucalpan han realizado dos operativos de búsqueda el 5 y 12 de febrero con el apoyo de dos perros rastreadores y de un trascabo, pero necesitan una orden del Ministerio Público para reactivar la búsqueda debido a que El Castillo es propiedad privada, señalaron autoridades de Naucalpan.

Alejandra y su familia reunieron 3 mil 800 pesos para pagar el trabajo de ocho horas de una trascabo que buscó sólo en una parte del tiro de cascajo que sigue operando.

José Dolores

podría estar sepultado a una profundidad de entre cinco y seis metros, en un área de más de 50 metros de largo bajo cientos de toneladas de cascajo, apuntó su esposa, quien pide apoyo a autoridades de la Fiscalía mexiquense, del propio gobernador, Alfredo del Mazo, para que ordene reactivar la búsqueda del padre de sus hijos.

En Naucalpan operan más de 20 tiros clandestinos , donde todos los días cientos de camiones Torton descargan cascajo sobre zonas boscosas, ríos y parajes verdes, vehículos procedentes de la Ciudad de México, de acuerdo a un censo realizado por autoridades de Medio Ambiente del trienio anterior.

etp

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