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La Paz, Méx.— A Susana Estrella, la pequeña de siete años que murió tras ser arrollada por un camión al salir de la escuela, la despidieron con globos blancos, mensajes de amor y frente a su tumba le cantaron Libre Soy, tema de la película Frozen.

El jueves por la tarde, Susana Estrella y su abuelo caminaban hacia casa cuando el conductor de una camioneta la atropelló. Los pobladores del municipio, enardecidos por la muerte de la niña, persiguieron al automovilista hasta un inmueble donde se escondió e intentaron lincharlo.

Desde ese jueves, en el que La Paz intentó hacer justicia por propia mano al quemar dos patrullas, golpear al culpable y manifestarse en contra de los policías, la familia ha sufrido la ausencia de su niña.

Tras dos días de velarla, los familiares de la niña avisaron a los pobladores que a las 11:00 horas sería el sepelio; en el zaguán negro de su casa, en avenida Texcoco manzana cinco, pegaron una cartulina para avisar a los asistentes que debían asistir vestidos de blanco.

Ayer, a las 11:00 horas, llegaron decenas de niños de la edad de Susana Estrella, todos acompañados de sus padres y abuelos. La mayoría sostenían globos blancos, mientras los adultos seguían con atención las palabras del sacerdote durante una misa.

Ahí estaba en medio del patio el féretro blanco de la pequeña, y a su alrededor flores y gente que la ama. Sus padres, Ismael y Karen, siempre estuvieron a su lado. Afuera también esperaba gente que extraña a la menor, pero no alcanzaron un sitio dentro de la casa y esperaron afuera sentados en sillas y bajo una carpa.

Después del mediodía, bajo un sol abrasador, la familia cargó el ataúd y salieron a paso lento seguidos de sus vecinos, amigos y niños. Iban por las calles sin pavimentar gritando porras para Susana Estrella y aplaudiéndole mientras se acercaban al panteón Coaxusco.

En medio de las tumbas, algunas adornadas con flores y otras más sin rastro de visitantes, dejaron el féretro de Susana Estrella para que sus padres lo tocaran y vieran el rostro de la niña por última vez. Su madre le susurró: “Te amo”, y le dijo que nunca la olvidaría. Su padre abrazó la caja, triste, y después alzaron el ataúd.

Mientras la cargaban, una voz de mujer se escuchó entre la multitud: “¡Gracias por existir en mi vida, Susana. Te voy a amar siempre. Siempre. Te amo mi niña!”, y enseguida, demás personas alzaron la voz para gritar cuánto querían a la niña.

Los músicos tocaron melodías sobre los hijos perdidos y la familia de la menor soltó todos los globos que llevaron al sepelio.

Después de que la última lápida fue colocada sobre el féretro, le tiraron decenas de rosas blancas y algunas coloridas. A los cantantes se les pidió que pararan sus canciones para que, desde un celular, se reprodujera una canción que le gustaba a Susana Estrella: “La nieve pinta la montaña hoy, no hay huellas que seguir, en la soledad un reino y la reina vive en mí”.

La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) dio a conocer que hay tres personas detenidas por la muerte de Susana Estrella, uno de ellos menor de edad, quien fue puesto a disposición del Ministerio Público especializado en adolescentes.

El proceso penal del presunto responsable del atropellamiento aún pesa en los pobladores de La Paz, quienes mientras velaban a la niña mencionaban y exigían que se hiciera justicia por el caso.

Además, las autoridades informaron que investigan los hechos para dar con los responsables de los daños provocados al municipio, pues durante el intento de linchamiento se quemaron cuatro unidades de servicio.

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