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Los trabajadores de Artz Pedregal, que se derrumbó la mañana del jueves, calificaron como un milagro el haber sobrevivido. Por lo menos 10 obreros de la construcción hacían labores de mantenimiento en el agregado que se vino abajo, pues se estaba terminando la tienda Louis Vuitton que aún no estaba abierta al público.

Alejandro Vela explica que tenían poco más de una semana el lugar, colocando plafones, la instalación eléctrica y resanando las paredes, sin conocer el riesgo latente en el que estaban.

Ayer, sin embargo, un crujido los alertó sobre lo que venía y desalojaron el lugar.

Esos sonidos dice, los habían escuchado durante la semana, incluso reveló que personal de Protección Civil ya había acudido a supervisar el área afectada, por lo que trabajaban con cuidado, pero el tronido que se escuchó antes de las 9:00 horas evitó que ingresaran a trabajar.

“Un tronido nos alertó, después de eso todo se vino abajo. El derrumbe fue en un segundo, pero la falla se detectó con tiempo; de hecho, de lo primero que nos dimos cuenta es que se rompieron las tuberías, el agua empezó a regarse y lo reportamos”, contó.

“Después, cuando se buscó el origen de la fuga los jefes se dieron cuenta de que ya toda la estructura estaba dañada y decidieron que ya nadie trabajara. La verdad es que no pensaron que se viniera abajo todo, nadie pensó que fuera tan grave”, comentó el trabajador, quien dijo que la plaza todavía no estaba abierta, por lo que aún no había clientes.

Los trabajadores estaban a la expectativa de la inspección que hicieran los especialistas y otros aprovecharon el receso para desayunar cuando se percataron que poco a poco el edificio se vino abajo. “Después del tronido las ventanas se empezaron a caer; ese ruido fue muy escandaloso y nos dio mucho miedo.

“Después, poco a poco se fue venciendo, porque arriba tenían como un jardín y había mucha tierra; ese peso no lo aguantó y fue cuando se derrumbó todo. Por suerte, no había nadie cerca, ya habían desalojado todo, pero fue muy impresionante ver cómo todo se vino abajo”, detalló el trabajador.

Para cuando esta parte de Plaza Artz se derrumbó el lugar ya estaba acordonado a 20 metros a la redonda; según las autoridades, todo quedó en daños materiales y en el susto de algunos testigos que observaron el hecho.

Los vecinos de la zona, quienes desde hace dos años se han manifestado en contra de la construcción de la plaza Artz, principalmente por la tala de árboles, el socavón que se abrió en 2016 y el tránsito lento en la zona, declararon que también escucharon el momento en el que la estructura se derrumbó.

Marisela Silva contó que ella estaba en su casa, a pocos metros de la plaza: “Fue como si hubieran descargado mucha grava, un estruendo muy fuerte. Yo pensé que había sido una góndola que transportaba material de construcción que se había caído, pero no fue así.

“Salí de casa junto con otros vecinos y me sorprendí por lo que vi”, contó. Luego del derrumbe, Marisela y sus vecinos planean tomar acciones. “Por lo pronto, nos vamos a reunir para averiguar qué está pasando, no queremos seguir corriendo riesgos, estamos cansados de eso”.

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