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Cuautitlán, Méx.— La vieja estación del ferrocarril de este municipio, actualmente en ruinas, cobra vida y color en el vitral de Francisco Solano Castañeda, quien tardó meses en concluir el mural que recrea el edificio antiguo, hoy casi perdido, por la indiferencia de autoridades municipales, estatales y federales, acusa.

Solano Castañeda, de 56 años de edad, es habitante de Cuautitlán y también artista, quien en sus ratos libres elabora vitrales con temas de la vida cotidiana del municipio y del Valle de México, para lo cual utiliza materiales reciclados que encuentra por el camino.

“Este arte está falleciendo”, asegura en alusión a los vitrales, pues pocas personas se dedican en la actualidad a hacerlos, sobre todo por lo complejo de conseguir los vidrios, importados de Estados Unidos.

El artista montó en Cuautitlán Izcalli la exposición “Tiempo de amar. Poesía en vidrio y reciclaje” (colección ecléctica), en la que exhibió 26 obras, en su gran mayoría vitrales, aunque también una pintura que hizo cuando tenía 11 años.

Imploración, con técnica de encintado con concha de abulón, que es una mujer con alas de mariposa sentada en una concha; El Arlequín, con técnica mixta; El Circo, un vitromosaico; Tlalocan, vitromosaico; Nostalgia, arte objeto, pues es una lámpara, y Ámbito de Hogueras, que es un mural con la vieja estación del ferrocarril de Cuautitlán, son algunas de las obras expuestas, todas ellas en las que utilizó materiales reciclados.

Solano Castañeda menciona que con el citado mural muestra el enojo, por medio del arte, que tiene por la indiferencia de autoridades con la vieja estación del tren de Cuautitlán, actualmente en ruinas.

Recuerda que hace unos años un borracho estrelló su vehículo con la estación, ubicada a unos 100 metros de la estación Cuautitlán del Tren Suburbano, y ni siquiera los adobes desprendidos fueron resguardados, ya que los colocaron a un lado y con las lluvias y el tiempo se están perdiendo. El lugar está abandonado totalmente.

“Es una protesta meramente, más que algo nostálgico o amoroso, es un dolor”, dice sobre el vitral, que tiene marco elaborado con clavos de durmientes y su base son dos vigas de madera, con peso de 600 kilogramos.

Afirma que no se considera artista, aunque siempre ha tenido la necesidad de crear y expresar lo que siente por diferentes medios.

“Pues es una necesidad de difundir a la sociedad, principalmente a la niñez y los jóvenes, que no todo es porquería en este país, que hay gente con hambre de crear, de difundir, con hambre de cambiar esta situación que estamos viviendo”, dice.

Menciona que utiliza materiales reciclados, que “son una bendición que Dios pone en tu camino, porque voy a donde hay lugares con desechos y muchas veces en el momento encuentro algún material y no sé para qué, pero muchas veces en el camino Dios nos va iluminando y dice en el rompecabezas esta es la pieza 94”.

Solano Castañeda planea llevar la exposición a diferentes sitios del Estado de México e incluso de otras entidades, para lo cual ha recibido apoyo de personas y autoridades.

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