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En 18 años de servicio, que a ella le parecen pocos, Gabriela Ramos ha sido reconocida por la detención de diversos homicidas y ladrones. Este martes y miércoles fue citada en la Secretaría de Seguridad Pública porque personal de la embajada de Estados Unidos le impartió a ella y otros compañeros un curso para detectar armas y explosivos.

Una de las detenciones que más recuerda fue de un joven de aproximadamente 20 años en la colonia Morelos. Esa semana se había alertado a los policías de la zona sobre dos homicidios.

Gabriela asegura que supo quién era el responsable por su forma de actuar. Cuando se acercó a él se presentó como policía, de forma amable y sin alzar la voz le dijo: “Se te relaciona con estos hechos.. Nos vas a tener que acompañar para deslindarte”.

Al presentarlo al Ministerio Público “dije que él era el responsable de las dos [muertes], del de ayer y el de hoy. Entonces el muchacho dijo ‘no, yo sólo hice el de hoy’”, cuenta Gabriela. Por ese caso y otros, hoy es primer oficial.

En el mismo curso de detección de armas y explosivos está Adrián Paz Nieto, un policía que toma mínimo dos capacitaciones al año.

Su día empieza a las cinco de la mañana y después de dos horas llega a la SSP y desde ese punto hace nuevas paradas a distintos edificios de la Ciudad. Platica con la gente, hace entrevistas, observa cómo funcionan los controles de seguridad, los filtros, la capacitación de los empleados y de protección civil, incluso.

Los oficiales que son especializados como él se enfocan en prevenir ataques terroristas como los que ha sufrido Europa y la toma de rehenes de grupos armados. Por eso, analiza edificios que puedan albergar a un gran número de personas, como estadios, teatros y arenas. Después de su investigación, manda los resultados a los dueños o encargados de los inmuebles, que no siempre son públicos, también privados.

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