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Los damnificados del edificio ubicado en Xochicalco 833, en la colonia Narvarte, no tendrán una Nochebuena con cena. No habrá pavo. Desde el terremoto del 19 de septiembre, la única comida que han recibido como donativos es de parte de la ciudadanía. Aún pueden bañarse e ir al sanitario en el albergue que está en la delegación, el único recurso que les han dado las autoridades. Ni cena, ni seguridad, ni servicios básicos tienen estas familias.

Al principio, eran cerca de 80 personas las que vivían en casas de campaña a un costado del edificio que tiene daños desde 1985. Pero ahora, a tres meses, se han ido poco a poco las familias. “Los niños se han enfermado por el frío”, dice una de las damnificadas mientras tose. Hace algunas semanas en este campamento había mayor convivencia, las madres se juntaban y rifaban las latas de café, de atún, que les regalaban. Ahora, en diciembre, todo está en silencio y sólo una niña juega alrededor con hula hulas.

Tampoco hay decoraciones en este campamento, como lo hay a unos metros, en el campamento instalado por las 116 familias del edificio Zapata 252. En éste, tienen una carpa con un poster de Santa Claus pegado sobre un plástico. Y adentro, hay una mesa con comida, tazas, recipientes de café y azúcar. Los vecinos que hacen guardias en este lugar, aunque hay seguridad por parte de los policías, se reúnen dentro de la carpa color amarillo a comer y a cenar. Dentro de este campamento hay decoración navideña: nochebuenas que cuelgan y piñatas pequeñas.

Con el frío de la época han tenido que innovar su estancia, incluso tienen un microondas. Esta Nochebuena, cenarán pavo. “Traeré pavo, o a ver qué más sale. A veces la gente nos trae sopa y pollo”, dice Mario Jiménez.

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